Las
nuevas restricciones en material de movilidad podrían afectar a la finalización
de la ‘Gira de Reconstrucción’ y volver a modificar el programa de actos del
centenario de Gallito
ÁLVARO R.
DEL MORAL
Diario EL
CORREO DE ANDALUCÍA
Las nuevas restricciones en materia de movilidad
–ese toque de queda nombrado con todas sus letras por el presidente Moreno- no
van a modificar demasiado el guión languideciente de esta extraña temporada. La
programación se ha prolongado en el tiempo, cruzando el rubicón habitual de San
Lucas, a remolque de esa ‘Gira de Reconstrucción’ que está salvando los muebles
a costa de cambiar de escenario cuando ha sido necesario burlar al virus. Eso
sí, no hubo forma de evitar las suspensiones de Ubrique, cercado con el cierre
perimetral que se amplía este mismo martes aunque los festejos del último fin
de semana en Estepona –trasladados desde Sanlúcar de Barrameda- sí se han
podido celebrar dentro de la relativa normalidad que ahora se estila.
En la agenda de la Fundación del Toro de Lidia aún
figuran las tres novilladas de Fuengirola del próximo fin de semana y la traca
final torista –se lidian ‘victorinos’ y ‘miuras’- que tendría que poner fin a
este peculiar ciclo entre los días 21 y 22 de noviembre en el coso cubierto de
Logroño. ¿Podrán celebrarse los festejos más inmediatos? A tenor de la letra y
el espíritu del BOJA lo más sensato sería aplazar a mejor ocasión esas tres
novilladas antes de darlas sin público. Es el mismo clima que ha llevado a la
empresa ‘Lances de Futuro’ a desestimar la celebración de la novillada coral
que ya tenía fecha, cartel y ganado en la plaza de Los Califas de Córdoba. La
pandemia campa a sus anchas mientras médicos y epidemiólogos temen la llegada
de esos fríos que se están haciendo esperar. Podría dar el definitivo acelerón
a esta segunda ola que, si Dios no lo remedia, acabará convertida en tsunami
moral, político, social, económico y hasta sentimental...
Mientras tanto, en estos días se ha hablado de la
demorada concesión de esas ayudas a los profesionales del toro que habrían sido
impuesta por la facción socialista del (des)gobierno a la numantina resistencia
de morados y comunistas. Era una discriminación inaudita –muestra de la ideologización
de los que deberían gobernar para todos- que ya había sido señalada con el dedo
desde la oficina del Defensor del Pueblo. Uribes sigue siendo el interlocutor
más señalado por las gentes del toro aunque el asunto afecta más a la cartera
de la muy podemita ministra Yolanda Fíaz. En cualquier caso hay que reconocer
que la perseverancia de Victorino Martín al frente de la Fundación del Toro de
Lidia ha conseguido abrir una línea de comunicación con Rodríguez Uribes, ese
ministro de Cultura que no recomienda ir a los toros. En el último encuentro
conocido se habló de cerrar algunas de las vías de agua del planeta taurino a
través de los fondos europeos después de haber quedado excluido de la lista de
subvenciones del propio ministerio de Cultura. Habrá que verlo.
Joselito, patrimonio inmaterial macareno
La Hermandad de la Macarena presento días atrás el
libro ‘Las diez figuras del Patrimonio Inmaterial Macareno’ que ha escrito
Bosco Gallardo. La publicación no deja de ser la punta de lanza de un proyecto
mucho más amplio que recoge y reconoce “el conjunto de prácticas, expresiones,
saberes, técnicas, valores afectivos y simbólicos en torno a la devoción de la
Virgen de la Esperanza y su Hermandad producidos a lo largo del tiempo” tal y
como explica la propia Hermandad que ha resumido en diez personajes clave esas
aportaciones a la idiosincrasia macarena.
En la lista figuran Juanita Reina, Pepe Garduño,
Marta la saetera, Pepe Hidalgo, Miguel Loreto, Luis León, Ramitos, Abelardo
Barranco... y por supuesto Juan Manuel Rodríguez Ojeda y José Gómez Ortega, el
gran Joselito. Conviene resaltar, una vez más y las que hagan falta, la
simbiosis creativa de dos personajes sin los que no se puede entender la propia
iconografía de la Virgen de la Esperanza y hasta el desarrollo de la Semana
Santa en el siglo XX. Gallito regaló las famosas mariquillas de cristal verde;
financió la corona de Reyes e inspiró a Muñoz y Pabón el regalo de esa
fundamental pluma de oro que sirvió para firmar tantos afectos. 2020 ya empieza
a dar la vuelta pero sigue siendo un terreno abonado para evocar la figura de
José, torero y macareno, al cumplirse un siglo exacto de su trágica muerte en
Talavera.
Un programa gafado por la pandemia
Mientras tanto, la corporación de la Madrugada
sevillana aguarda las correspondientes indicaciones de la autoridad para
mantener, aplazar o suspender algunos de los actos rescatados del programa
cultural que debía haber rodeado la conmemoración de ese centenario. Sin ir más
lejos, este mismo jueves tendría que presentarse el libro ‘Joselito El Gallo,
rey de los toreros’ de Paco Aguado. El acto, convocado en el Salón Colón del
Ayuntamiento de Sevilla, contaría con las intervenciones del profesor Juan
Carlos Gil, el matador de toros Pablo Aguado y hasta el mismísimo alcalde
Espadas. ¿Podrá celebrarse finalmente?
La inauguración del monumento de Martín Nieto en
la plaza de la Esperanza Macarena sí se escaparía por ahora de la batería de
restricciones impuestas por la Junta de Andalucía. Concluyen el 23 de
noviembre, festividad de San Clemente y aniversario de la conquista de Sevilla
por el santo rey Fernando a la morisma, que debe ser una cosa incorrectísima en
estos tiempos de estupidez y corrección política. ¿Se prolongarán los rigores
del confinamiento algún tiempo más? Apuesten a que sí. No queda otra. José no tuvo
suerte en la vida. Tampoco la tiene cien años después.
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