El
empresario sevillano defiende su gestión al frente de las plazas de El Puerto y
Córdoba y demanda a la patronal taurina las disculpas que aún no ha recibido
ÁLVARO R.
DEL MORAL
Diario CORREO
DE ANDALUCÍA
El empresario sevillano José María Garzón ha
emitido este miércoles una extensa carta abierta en la que hace un resumen de
su trabajo en la temporada 2020, “la más difícil de los ochenta últimos años”,
según ha asegurado el propio empresario que ha sido el organizador de las dos
corridas de toros que mayor expectación han despertado en este nefasto año de
la pandemia: la del 6 de agosto en El Puerto y la del 12 de octubre en Córdoba.
Garzón, al frente de su empresa ‘Lances de
Futuro’, anunció en El Puerto a Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Pablo
Aguado que lidiaron un encierro de Juan Pedro Domecq en medio de una enorme
expectación. Esa expectación generada se tradujo en la venta de todas las
localidades disponibles que en ese momento, según la normativa que había
arbitrado la Junta de Andalucía para favorecer la reactivación del negocio
taurino, era la mitad del aforo total aunque la apariencia –hay que recalcar
ese término- mostraba unos tendidos repletos que no tardarían en encender la
mecha de la polémica y hasta un insólito fuego amigo...
Pliego de descargo
“Merece la pena seguir luchando por la fiesta de
los toros” asegura Garzón en este comunicado hecho público en la sobremesa de
este miércoles que también le ha servido de pliego de descargo de los ataques
sufridos durante el año. El empresario sevillano, que asegura haber visto
cumplido el objetivo de “no dejar pasar en blanco la temporada”, ha reconocido
que muchos de sus planes se vinieron abajo con la propagación del covid-19.
Desde ese momento se marcó el objetivo de “dar toros”. Pero las primeras
dificultades, narra el empresario, llegaron con los escollos inesperados que
encontró en la organización de una corrida coral en la plaza de Málaga, el día
de Santiago donde –afirma- no encontró “la colaboración necesaria para sacar
adelante un proyecto que hubiese merecido la pena”.
José María Garzón no disimula su decepción ante
“algunos golpes inesperados” antes de narrar la gestación de esa polémica
corrida del Puerto de Santa María que le costó, entre otros peajes personales y
profesionales, el apoderamiento del diestro murciano Paco Ureña, que no fue
incluido en el cartel definitivo. Garzón, que no disimula su desencanto en este
punto, tenía colocado a su torero en las principales ferias del arranque de la
temporada pero la expansión del virus a mediados de marzo truncó todos esos
planes.
“Volcamos todo nuestro esfuerzo, trabajo,
dedicación e inversión para que taurinamente (la corrida de El Puerto) fuera un
éxito y para que el cumplimento de la Orden de 19 de junio de la Junta de
Andalucía, en la que se establecían las medidas preventivas de salud pública
frente a la crisis del Covid-19, fuera absolutamente escrupuloso por nuestra
parte” señala Garzón recalcando que las autoridades de la Junta “así lo
valoraron”. Eso sí, dichas autoridades autonómicas no fueron capaces de
abstraerse de la polémica levantada decretando un endurecimiento de las medidas
adoptadas que, en la práctica, reducía drásticamente el taquillaje de las
plazas de toros y la viabilidad económica de los festejos.
Los ataques de ANOET
A partir de ahí llegaron los ataques de sus
compañeros. “Fue muy desagradable escuchar algunas acusaciones de otros
empresarios taurinos que llegaron incluso a entrar en el plano personal” afirma
el empresario, especialmente dolido con la actitud de ANOET, la asociación que
agrupa a las principales empresas del universo taurino. “Me abrieron un
expediente sancionador sin base legal alguna”, recuerda el empresario
denunciando que dicha asociación “pretendió arrogarse unas potestades
sancionadoras de estricta naturaleza jurídico-públicas y aplicar un régimen
sancionador cuya efectividad única y exclusivamente corresponde, en su caso, a
la Administración Pública competente”.
Garzón recuerda que, entre otros ataques, ANOET le
había acusado de “poner en riesgo la salud pública” o haber “dañado la imagen
de la Tauromaquia”. “Me inculparon públicamente dando por hecho que había
obrado ilegalmente y me señalaron como el responsable del endurecimiento de la
normativa a partir de ese momento” explica el gestor taurino aludiendo a esa
drástica reducción de aforo decretada por la Junta de Andalucía sólo una semana
después de celebrarse la corrida de El Puerto.
Toros, cultura y sociedad
El empresario sevillano, que había abandonado la
directiva de ANOET en mayo de este mismo año ha exigido una rectificación
pública de dicha entidad antes de recordar los condicionantes que rodearon la
organización de la ‘Corrida de la Hispanidad’ celebrada en Córdoba el pasado 12
de octubre asumiendo las últimas restricciones impuestas por la Junta de
Andalucía que obligan a una separación mínima de metro y medio de espectador a
espectador.
“Curiosamente, quienes señalaban esta modificación
de la normativa como imposible para celebrar festejos, también dijeron en su
momento que con la anterior Orden era inviable abrir las plazas de toros”
ironiza Garzón recordando que mientras se gestaba este festejo se hizo público
el informe de la Policía Autonómica que certificaba la buena praxis en la
apertura de la plaza de El Puerto. “ANOET sigue sin dar ninguna explicación”
añade Garzón apelando al “perjucio moral y económico” y la “vulneración del
honor”. “Nada se ha hecho para repararlo”, remacha el empresario al afirmar que
su objetivo sigue pasando por “dar toros” mostrándose convencido de que “la
Tauromaquia puede, y debe, interrelacionarse con la sociedad y con otros
sectores económicos y culturales de manera natural”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario