El
empresario de El Puerto y Córdoba reclama en una carta abierta a la cúpula de
los empresarios taurinos la demostración de que "persiguen la verdad por
encima de intereses particulares" tras el injusto e injustificado
expediente sancionador y "los ataques personales"
ZABALA DE
LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL
MUNDO de Madrid
José María Garzón, el empresario taurino del año,
según algún premio y según la masiva voz de la afición, exige una rectificación
y una disculpa públicas a la patronal de empresarios que quiso guillotinarlo.
Por la corrida de El Puerto y no sólo. Le culparon del fin de la temporada en
Andalucía y luego demostró en Córdoba que no era el fin; le señalaron como
responsable de un atentado contra la salud pública y la policía de la Junta
constató en un informe que era mentira. Garzón pide a Anoet en una carta
abierta que le enmiende el honor, que vuelva sobre los pasos de aquel
expediente sancionador, que pidan perdón: "Es penoso y muy lamentable que
Anoet aún no me haya pedido disculpas". El 16 de septiembre presentó un
último escrito para que así lo hicieran.
La carta de Garzón repasa su lucha "por dar
toros" en este terrible año del Covid. Pero lo más costoso, lo más duro,
más que los ataques de Podemos y demás izquierda antitaurina por la corrida de
El Puerto de Santa María -Ponce, Morante y Aguado- en agosto, fueron los
ataques de los suyos, a su honor y a su persona: "Lo más difícil de
asimilar fueron los ataques personales con los que se puso en duda mi honorabilidad
pasando por alto un principio jurídico básico como el de la presunción de
inocencia. Fue muy desagradable escuchar algunas acusaciones de otros
empresarios taurinos que llegaron incluso a entrar en el plano personal que se
publicaron en medios de comunicación y redes sociales, algunas rayando el
insulto". Los vídeos de Francisco Rivera, la estigmatización de Ramón
Valencia, las maniobras en la oscuridad de los otros.
El empresario de El Puerto y Córdoba insiste en el
llamémosle error de la patronal que preside Simón Casas: "La Junta
Directiva de ANOET nos acusó públicamente de poner 'en riesgo la salud
pública', de haber 'dañado la imagen de la Tauromaquia' y que nuestra actuación
tendría una relación directa en 'los perjuicios económicos ocasionados a
proyectos empresariales de Andalucía. Me inculparon públicamente dando por
hecho que había obrado ilegalmente y me señalaron como el responsable del
endurecimiento de la normativa a partir de ese momento. Nunca entendí, y así se
lo hice saber a Anoet, que a la incoación de un expediente que no se ajustaba a
Derecho decidieran darle la máxima difusión a nivel nacional". Los
titulares de aquellos días
No descarta Garzón acciones judiciales porque
"el perjuicio moral y económico y la vulneración de mi honor ahí están,
nada se ha hecho para repararlo". Pero concluye su extensa epístola con
optimismo, pasando por encima de las manos negras que mecen la cuna:
"Espero que la Junta Directiva de ANOET esté a la altura, rectifique
públicamente y demuestre a todo el mundo que defiende la verdad por encima de
cualquier interés particular. Mi propuesta ha sido y seguirá siendo la de dar
toros, incluso en los tiempos más difíciles que viviremos en varios años, así
como adaptarnos a las circunstancias y construir un futuro más alentador para
la Tauromaquia".
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