Que el toreo tiene hoy una actividad absolutamente
diferente en positivo respecto a 2020 es una obviedad. Hasta el día 1 de julio,
en nuestro país se habían celebrado 17 festejos en 11 localidades. En el mismo
período de tiempo del año en curso, 82 poblaciones han acogido la celebración
de un total de 126 festejos. Pero las
comparativas en cuanto a festejos han de compararse con el último año “normal”,
2019. Ese año, hasta el 1 de julio, 120 poblaciones españolas habían celebrado
277 festejos mayores. Las estadísticas
de mundotoro señalan que se han celebrado alrededor de un 44% menos de festejos
respecto a 2019, una cifra que puede mejorar hasta fin de año, cuando estimaremos
que la reducción pueda ser de un 49% respecto al último año “normal”. Pero las
estadísticas añaden un dato de gran preocupación. Las poblaciones españolas
que, por dos años consecutivos, no han celebrado festejos mayores.
Este año, 82 poblaciones españolas han celebrado
un festejo taurino mayor hasta el primero de julio, frente a las 120
localidades que celebraron toros en 2019. Es decir, que un 32 por ciento de las
poblaciones que daban toros en 2019, no han anunciado festejo alguno. Y no lo
han hecho por segundo año consecutivo. Tomando la medida de estos dos años sin
toros, y, aplicándola a la progresión de festejos en descenso de la última
crisis de 2008, el panorama es grave. El 71 % de las poblaciones que dejaron de
dar toros dos años consecutivos a partir de 2008/2009, no han vuelto a festejos
mayores. Desaparecieron del mapa taurino. De tal forma que, tras la
recuperación económica, y hasta 2019, el mapa taurino español se había vaciado
en un 58%.
Leen bien. En 2007, un total de 902 poblaciones
españolas celebraron, al menos, un festejo taurino mayor. En 2019, las
poblaciones de España que celebraron un festejo al menos, fueron 377. Es decir,
525 poblaciones menos. Traducido en porcentaje, el 58% de mapa social
poblacional de la Tauromaquia, ha desaparecido desde 2007 hasta 2019. Y ese es
el problema, la pérdida brutal, la sangría sin torniquete de localidades con
tradición de toros que jamás han vuelto a celebrarlos.
Aplicando esta ecuación (dos años consecutivos sin
dar festejos mayores) a la actualidad, la España de Toros se puede vaciar,
definitivamente, en un 30% a la salida de la pandemia. Si no se trabaja para
que no suceda, el mercado del toreo de festejo mayor puede perder alrededor de
116 ciudades y pueblos. Dicho de otra forma: en 2023 sólo 261 localidades
españolas anunciarán, al, menos un festejo taurino. Dicho de forma más
abrumadora, tal cruel como real: el mercado social del toreo de las 902
poblaciones activas de 2007 pasará a ser de 261 localidades.
La pérdida de mercado y mapa social del toreo, en
dieciséis años, será de 641 pueblos grandes y chicos.
En dieciséis años HABREMOS perdido EL 71,06 DE
PUEBLOS Y CIUDADES QUE DABAN TOROS EN ESPAÑA
Hay una torpe insistencia entre los gremios
taurinos de observar sólo la reducción de festejos como la realidad contable
del toreo. Pero esta reducción sólo es consecuencia de dos sumandos. Uno es
coyuntural, la situación económica de cada momento. El otro sumando es
estructural, la perdida de pueblos grandes y pequeños que constituyen el mapa
social del toreo, su mercado real. Por
definición, lo estructural no es variable ni reconvertible, y si lo es lo
coyuntural. Traducción: un lugar que da
toros, puede dar uno o tres festejos, dependido de la coyuntura económica. Pero
un pueblo que deje de dar toros dos años o tres, jamás volverá a dar ni uno Y
no es una opinión, es una deducción casi infantil de las estadísticas del toreo
a pie en España.
Pero resulta que, cuando mundotoro insiste en
realidad contable de esta sangría, de esta realidad terrible, se nos insta a no
publicar los datos por alimentar al “derrotismo”. Nosotros no fabricamos los
números. Nosotros llevamos insistiendo de que existe una sangría de mapa social
del toreo a pasos agigantados a la que no le podemos remedio. Insistimos a
ganaderos, toreros, banderilleros, empresarios, que esta pérdida de poblaciones
significa perder un mercado para todos. Mercado, puestos de trabajo, mercado
ganadero, nóminas de banderilleros, picadores, mozos de espadas, honorarios de
toreros, movimiento en la base del toreo y en los rejones.
Y una cosa más. Miren los gestores del toreo lo
que está pasando cuando la gente de esos pueblos no va a la capital a ver toros.
Castellón, Vistalegre, Granada, Burgos… sin fiestas y sin la gente de los
pueblos que acuden a la ciudad, no hay público de toros. Y eso reza para
Pamplona, para Sevilla, Para Madrid, para Zaragoza y para cualquier capital que
de toros. . ¿O acaso hay un solo empresario de estas plazas que pueda rebatir
que el publico de los pueblos es vital en los abonos de las ferias de las
ciudades?
¿No hemos aprendido nada de la crisis anterior?
¿Vamos a poner el toreo en el disparadero de no tener mapa social, musculo
territorial? ¿NO se da cuenta el mundo de la gestión del toreo que el mapa de
la España Vacía contra la que se está luchando es el mismo, es idéntico, al
mapa de la España Vacía de Tauromaquia? ¿Cuándo vamos a dedicarnos a la
recuperación, cueste lo que cueste, de ese mapa perdido? ¿Qué tiene que suceder
para que alguien estructure un plan que ataje esta sangría que es el problema
de todos los problemas? / MUNDOTORO
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