ZABALA DE
LA SERNA
@zabaladelaserna
Incluso los hombres de acero como Javier Cortés
necesitan, de vez en cuando, la ayuda las últimas tecnologías para recuperarse.
Cortés, que resultó herido el pasado viernes en Linares con una cornada de 12
centímetros en la zona perianal, toreó al día siguiente en Alcalá de Henares
con los puntos aún supurando. Recompuesto pero no recuperado del todo volvió a
torear el fin de semana en Colmenar Viejo, donde fue duramente volteado.
El torero de Getafe no es la primera vez que se
pone en manos de la medicina deportiva y tiene como centro de referencia la
Clínica Ignition, que dirige Roberto Martín. Que explica los beneficios de la
cámara hiperbárica con la que trata a Cortés: "Es un tratamiento de
oxigenoterapìa que lo que hace es que el paciente respira oxígeno al 100 por
100. Y con el aumento de presión que ejerce la máquina el oxígeno se mete
directamente en el plasma y tiene una función antibacteriana, lo que en el caso
de los toreros es muy importante para combatir los procesos infecciosos que
pueden desarrollarse por la carga bacteriana del asta del toro".
Pero lo más importante, para Martín, además de su
función antibacteriana y también antiinflamatoria es que "acelera el
proceso de cicatrización". "Al tener las células cargadas de oxígeno
la cornada cicatriza antes. Lo que en el caso de Javier es transcendental al
estar en plena temporada y no querer parar de torear", concluye el
director de Ignition.
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