Ante poco
público en los tendidos en la primera de feria
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- La primera función de la edición de este año ha
tenido varias lecturas. La primera de estas es el hecho de conocerse definitivamente
que la Feria de San Sebastián vive una severa crisis, de interés y sobre todo
de trascendencia ante el público general. Una gran preocupación que atañe a la severa
crisis que atraviesa el país, desde todos los ámbitos posibles entre ellos de
identidad a sus tradiciones que no hace poco eran seña de la ciudad.
La corrida
arrancó con la alternativa de Antonio Suarez, joven medico el cual ha dejado el
aroma y ambiente que no todos preveíamos por su escaso rodaje. Pero grata
sorpresa nos llevamos pues nos conseguimos un torero asentado, abstraído del
grado de responsabilidad que implicaba una tarde como esta.
Lo dejo
patente en el que la ceremonia, animal agradecido desde el mismo momento del saludo
de capa hasta el inicio de labor muleteril, en especial la seria ronda por bajo
de prologo para desganarse luego en trepidante series por la mano zurda que
fueron el sima de una faena medida, justa y precisa en su dimensión, cuatro series
de naturales que bastaron para colocar unanimidad entre los presentes. Bajo
enteros por la mano diestra, pero ya lo mejor lo habíamos visto por la zocata. La
estocada ligeramente desprendida hizo que la gente no del todo entendiera la dimensión
de lo realizado, por lo que tibias palmas fueron premio escaso al final de la
misma.
Mejor y más
asentado se le vio ante el que cerró plaza, una faena del mismo metraje y dimensión
de la primera, pero más profunda en su planteamiento, donde nuevamente cuatro tandas
por la mano zurda dejaron vuelos de su muleta en las nobles, endebles y rajadas
embestidas de «Kike» como así bautizaron al astado en el ha sido un gran
estreno en el escalafón mayor, pero la mala fortuna y uso del acero
(necesitando hasta ocho golpes con el verduguillo) dejaron una gran labor en
las palmas tras aviso con la que se le despidió, con el deseo de verle en próxima
ocasión. ¿Qué hubiese sido de este torero si hubiese tenido la ocasión de
haberse placeado más?, se preguntaban muchos taurinos al final del festejo.
Una actuación
de claroscuros la que dejaría por su parte debutante español Julio Benítez “El Cordobés”,
quien en ambos trasteos dejo estela de un toreo de nulo planteamiento básico,
desordenado, lo que dejaría en ascuas de mayores cosas para quienes no le conocíamos.
En pocas palabras sin mucho eco, tanto en su primero, un jabonero de rajada
tendencia a tablas desde el segundo tercio, como también su segundo,
animal más noble, que algo le dejo estar
más a gusto, pero siguiendo la tónica mostrada en la tarde. En ambos fue
silenciado.
El triunfador
lo fue el taribeño Jesús Enrique Colombo, quien ha estado sobradísimo toda la
tarde. Ha llenado plaza en todos los tercios el atlético espada, lo que le ha mostrado
solvente a plenitud demostrando desparpajo.
Lo evidenció
en su primero, animal noble que contaría en la variedad capotera, la rotundidad
en las banderillas y la entrega en la suerte suprema para cortar tres orejas,
las dos primeras un poco exageradas cuando lo normal era que con una sola fuera
más que suficiente, tras faena intermitente donde el complemento que le faltaba
a la embestida del astado lo colocaba Jesús Enrique, tras despenarlo de tres
cuartos, trasero, de ración toricida.
Una oreja
complementaría su saldo ante un ejemplar de limitadísimas fuerzas como lo fue
el quinto de la función, casi llegando a la invalidez, manteniéndole y llevándole
a media alturita, para gustarse en tandas por la diestra y la zocata de enorme
calado en el tendido, entre los acordes de un improvisado popurrí de pasodobles
andinos. El medio espadazo tendido y un descabello valieron para el corte del
mencionado apéndice y su posterior salida en hombros de los costaleros de
oficio.
FICHA
DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental de San Cristóbal.
Jueves 31 de enero de 2019.
Primera corrida de la LIV Feria de San Sebastián.
Con poco menos de un cuarto de plaza de las
ganaderías de RANCHO GRANDE (1º y 5º) EL
PRADO (2º, 3º, 4º y 6), discretos de presencia adoleciendo de fuerzas, con
distintos grados de nobleza.
Pesos: 442, 443, 448, 440, 445, 460 y 440 kilos
JULIO BENÍTEZ “EL CORDOBÉS”
(Azul marino y oro con remates blancos)
Silencio en ambos
JESÚS ENRIQUE COLOMBO
(Añil y oro con cabos blancos)
Dos orejas y una oreja
ANTONIO SUAREZ
(Azul marino y oro con remates blancos)
Palmas y palmas tras aviso
INCIDENCIAS: Suarez tomó la alternativa con el
toro de nombre «Zacateco» N° 196, bragado
en negro de la ganadería de Rancho Grande. *** La corrida comenzó con un
retraso de 25 min. *** Previo al festejo se guardo un min de aplausos en la
memoria de Kike Rosales, Alonso Valero, Luis Alberto Colls y otros aficionados
fallecidos a lo largo del año.
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