Dos corridas de toros y un festival cómico
La arena de Pueblo Nuevo, epicentro este próximo viernes y sábado de la gran edición de la LIV Feria de San Sebastián 2019. Foto: RDV |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Para este viernes 25, en punto de las 4:30 de la tarde, las
miradas taurinas estarán centradas en el gran ruedo que implica la Plaza de
Toros de San Cristóbal. Es la gran cita taurina de enero, a pesar de las
condiciones poco favorables que vive el país, feria que hizo grande las ferias
en América, como remarcaba aquel slogan publicitario, en un tiempo pretérito y
que actualmente se niega a morir con el esfuerzo de grandes hombres entre
ellos, Hugo Domingo Molina y Jesús Colombo Padre, quienes han puesto “el pecho”
por delante para vencer las vicisitudes que acongoja a la capital tachirense.
Este año se mantiene la formula de las dos corridas de
toros, además de un festival cómico-taurino, en fecha que debió contar por lo
menos con una novillada. Se estará lamentando nuestro recordado Kike Rosales
-por encima que este año se le reconozca con su homenaje- el hecho se haya
perdido la oportunidad para que los novilleros del Táchira vieran pitones en la
que es por antonomasia su vitrina de lujo ante el planeta taurino.
Se apuesta por importantes novedades, quizás la mejor
medicina en momentos donde la cabeza de proa de esta circunstancia es eso
precisamente, caras nuevas y ambiciosas al triunfo. La juventud, es la razón
para los taurinos verdaderos ilusionarnos y mantenernos en esta llama que se
llama afición por un espectáculo como nunca antes en la difícil sensación de
estarse perdiendo. Y a la muestra nos referimos cuando solo contemos en este
momento en el país con tres plazas activas, todas ellas andinas, para mayor
responsabilidad añadimos.
Se cuenta en la historia del toreo venezolano que fueron los
“gochos” quienes llevamos y consolidamos definitivamente la pasión del toreo al
centro del país, y en estos instantes corresponde a los estados andinos que lo
conforman, el bastión para mantenerla cuando en las ciudades donde dieron
grandeza a esta en una etapa de ella, poco o nada halagüeño es el panorama.
Pero a lo que íbamos, este viernes se abre el telón taurino
de la Feria de San Sebastián 2019. Lo hace una terna de espadas compuesta, por
ejemplo, por un torero que esta para este 2019 en romper en el gran proyecto
que se mostró el año pasado como es el madrileño Javier Cortés, quien atesora
una muleta de poder y seda, demostrado ello en reiteradas ocasiones y que le
abre la ocasión para estar en boga de los taurinos más exigentes. Sino que lo
diga la afición de Madrid, que lo vio en cinco ocasiones, dejando en todas
ellas el crédito suficiente para estar en la víspera de romper en eso tan
difícil que es en el toreo, como lo es promesa del toreo. Atención a lo que
digo.
Los complementos de este primer cartel no tienen desmerito
ninguno. Por ejemplo debuta en Venezuela el galo Thomas Duffau, de quien se le
puede esperar esa sobriedad y frescura que atesora y enseña el toreo francés en
sus plazas, así como veremos a un torero que está en el momento de mayor
interés y madurez como es el nacional César Valencia, quien radicado de lleno
desde hace varios en Madrid, su ultimo campanazo de atención lo ofreció en la
pasada Feria de Tovar, donde de no haber fallado con los aceros estuviéramos
hablando del resurgir con todas las de la ley de ese ilustre apellido como es
el de la dinastía de los Valencia.
Y el segundo cartel es la suma de ilusiones en una tarde de
gran emotividad. Se trata de la alternativa del joven medico
otorrinolaringólogo Antonio Suarez, quien esperemos que sepa valorar el hecho
que implica alcanzar el grado mayor en tauromaquia, en plaza y momento de gran
necesidad de nombres para el toreo nacional, al lado de dos toreros que no se
la colocaran fácil, pues vienen a Pueblo Nuevo a conquistarla de lleno, se
trata del debutante Julio Benítez “El Cordobés” hijo de la leyenda y V Califa
del Toreo, Manuel Benítez “El Cordobés” quien aspira entrar en el sentir de esa
afición que vio a su legendario padre en su época de plena efervescencia, sin
dejar a un lado a tal vez la carta más seria del toreo nacional actualmente, un
torero que está en el camino de su autodefinición de concepto, pero que reúne
elementos muy importantes como es la variedad, carisma, recursos técnicos,
portentosas facultades y en especial ambición de triunfo. No es otro que Jesús
Enrique Colombo, para quien este 2019 supone el punto de partida para el
ascenso a ese puesto donde solo los privilegiados pueden alcanzar. Condiciones
y actitud transpira por sus poros y eso es ineludible baza importante ante la
competencia que le espera por ruedos ibéricos donde pisará con fuerza su
nombre.
Para ambos festejos, los toros vienen a ser de la ganadería
seña de identidad del toro bravo nacional desde hace largo rato como son los
hierros del Lic. Hugo Domingo Molina, para quien su encuentro con la plaza de
su génesis implica responsabilidad por encima de todas las cosas. Y más aun en
los tiempos que caen para la fiesta brava, donde como señalamos líneas atrás,
somos los propios taurinos y aficionados quienes debemos defenderla a toda
costa.
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