sábado, 26 de febrero de 2022

EL APARTADO – PRIMERA CORRIDA DE FERIA: Benítez, Fandi y Colombo, se baten en duelo que puede despertar gran rivalidad

Marco incomparable el que luce la Plaza de Toros de Mérida, la que han devuelto su “sonrisa” y coquetería que nunca debió perder. Foto: Federico Montes

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
 
MÉRIDA (Especial).- Se apertura la edición 2022 del denominado “Carnaval Taurino de América”, la gran cita taurina del occidente venezolano, que este año ha tomado un rumbo totalmente distinto al que venía albergando en los últimos años. Nuevo rumbo en el momento tal vez difícil en toda su colorida historia, esa que se llena con nombres de toreros y ganaderías en letras doradas.
 
Han vuelto a tomar el testigo para su recuperación la alianza estratégica conformada por los reconocidos empresarios Hermanos Rodríguez Jáuregui, a la par con los hermanos Manfredi López, quienes han unido esfuerzos en rescatar de las “fauces” del naufragio la que fue considerada la joya de la ferias taurinas en Venezuela, por calidad, por variedad de carteles y por éxitos (a pesar de la enfermiza ración de triunfalismo con la que se quiso justificar varios años) además en especial el marco que la justifica, cita donde se daban lugar aficionados de todos los ámbitos del país e incluso de fuera de nuestras fronteras.
 
Esta tarde se abre con un cartel que tiene su miga, muy por encima de que en un principio se tenía bajo otro contexto la presencia de un lesionado Manuel Escribano, que no dio tiempo a su recuperación para estar presente en la cita emeritense. Lo suple un Leonardo Benítez que es para muchos toda una incógnita luego de varios años alejado de los ruedos. El año pasado, exactamente en abril, volvería a vestirse de luces, y para ser sinceros este servidor quien vio el video de su actuación ante un bravo toro de la legendaria ganadería tlaxcalteca de Piedras Negras, anduvo muy resolutivo, puesto y en especial con la garra que siempre le ha caracterizado. A pesar de los años, se mantiene en forma atléticamente, sin perder esa chispa de emoción y variedad en su toreo, que se complementa con el paso de los años, con la veteranía que es un escalón más que distingue a un torero del corte de Benítez. De seguro estoy que a medio que le embista uno de los toros, no perderá ocasión en hacerle fiesta y cortarle las orejas.
 
El atractivo mayor de la combinación de esta tarde es “El Fandi”, un torero que tiene predicamento en esta plaza, esa donde ha conquistado numerosos y sonados triunfos a lo largo de los varios años que se ha presentado, alcanzando cotas de ídolo para ese público de los tendidos. Comienza la que se será su temporada 22 como matador de toros, con más de 1800 corridas a lo largo de estos años, y con la solvencia de un espada que ha hecho historia por la forma y regularidad con la que se ha mantenido a lo largo de estos años, años donde ha liderado escalafón español varias ocasiones y sin duda ha sido protagonista en solitario de un tercio como el de banderillas donde se ha caracterizado por ser uno de los mejores en toda la historia.
 
Y cierra cartel el regreso de un joven a quien esta ocasión Mérida se le ha convertido en la plaza donde nos va a demostrar que aun esta para las grandes cosas que se le ha cantado estos últimos tres años. Me refiero al joven tachirense Jesús Enrique Colombo, torero que el año pasado en España se afianzó como una promesa que no tuvo la suerte ni el consentimiento premeditado de la afición madrileña en su tarde más importante de las cumplidas en una temporada atípica para todo el escalafón mayor. De igual manera en San Cristóbal, recientemente, no dejó ese halo de convencimiento para muchos, tal vez por la presión o qué sé yo razones que pasaron por su cabeza en ese mano a mano con Emilio de Justo. Pero en esta ocasión, con público y cartel a favor, tiene todas las cartas para terminar de convencer a propios y extraños, y qué mejor que en una combinación que puede despertar una rivalidad con un veterano de mil batallas como Benítez y un consumado maestro y alter ego como es Fandi.
 
Y el elemento más importante y que puede definir la balanza, los toros a lidiar. Recae la responsabilidad en la ganadería trujillana de San Antonio, propiedad del joven ganadero Edgar Varela, quien sabe lo que es triunfar en Mérida de forma apoteósica como lo fue en su estreno. Vaya tarde que luego no ha repetido ni en sombra, a pesar de siempre contar con toreros quienes le han lidiado con todas las condiciones para lucirles. Se han venido a menos o ese factor llamado casta y raza ha faltado, tanto en Tovar como en San Cristóbal, escenarios donde ha lidiado estos últimos años. Esperemos que esto no se repita, entendiendo también el hecho de la difícil situación que se ha visto el toreo en el país en el último par de año, donde literalmente no se ha lidiado gran cosa y en especial, las pocas ganaderías de bravo que quedan en el país han tenido que sortear un momento muy difícil, de ver que han pasado años donde poco o nada se ha pasado por la puerta de toriles. Más compromiso entonces al ganadero de turno por presentar toros con edad, peso y trapío sobre todo, por la categoría de la plaza, por la necesidad del aficionado y esfuerzo de este por ir en estos momentos a ver toros, y muy especial, por la calidad de espectáculo que necesitamos de nuevo se pueda ofrecer.
 
En fin, todo preparado, a la suerte que el elemento principal en esto que es el toro, nos permita disfrutar de las ansias y deseos de triunfo de los toreros actuante. ¡¡¡Que Dios reparta suerte!!!
 
POSTADA PARA LOS ÍNTIMOS.-  Volvemos a nuestra plaza como es la Mérida luego de dos largos y eternos años sin fiesta brava en ella. Y lo hacemos igualmente después de 14 años sin pisar su callejón, aun cuando para ello no hubo necesidad, pues mantuve incólume mi juicio y criterio de los acontecimientos que a lo largo de todos estos años sucedieron en el ruedo, y que a final de cuenta me dieron la razón. La fiesta brava emeritense venía en picada, y todo lo que se había dicho, tanto por estas líneas como por el recordado diario impreso Frontera, no fue tomado en cuenta. Los resultados saltaron a la vista cuando ya era evidente que el daño que se le había hecho a la feria era inevitable. Y por ello el que de nuevo este año se busque el rescate de esta cita, en cuanto a su categoría, importancia y sobre todo trascendencia de cara al taurino, que es quien paga por ver un espectáculo integro o por lo menos los más parecido a ello.
 
Me encuentro después de muchos años de no pasar por su patio de cuadrillas y tendidos generales, una plaza recuperada en poco más de dos meses y mantenida a pesar de las vicisitudes que estos últimos años “locos” pasaron por este escenario al que se le debe de guardar respeto desde todo ámbito taurino posible. Es el máximo escenario taurino de la ciudad con más de 54 años de historia, grabada a sangre y fuego de muchos, quienes han pasado y dejado su granito de arena. Aun cuando nunca se le haya reconocido.
 
Por lo demás, esperemos que se abra una nueva era en el toreo emeritense, que se devuelva la grandeza y caché a un coso como este, la “Román Eduardo Sandia”, el cual aún conserva ese halo y aroma de epicentro de grandes emociones, las mismas que a partir de esta tarde tendrán lugar. Y para ello, seremos testigos de excepción…

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