Un jarro de agua fría para muchos
aficionados
RUBEN
DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
No
es menos cierto que una lesión de la magnitud de la sufrida este pasado sabado
por el diestro taribense Jesús Enrique “Colombo”, justo en estas fechas de tanto
toro por ruedos ibéricos y galos, es una malísima noticia. Mala por muchas razones:
por el ritmo trepidante de éxitos que llevaba el torero, por la cantidad de
festejos que había en agenda, por el parón que implica para un torero de las
ambiciones y condiciones de “Colombo” y en especial, por lo complicado que se
lo pone para algunas empresas sustituirle, cuando en muchas ocasiones el
atractivo del cartel era su presencia.
Asi
se puede ver lo que ha significado el desafortunado percance de este sabado en
la localidad gala de Saint Vincent de Tyrosse. Ya queda, tras operársele ese mismo
día en la noche en Dax, una recuperación contra reloj, para de esta manera
estar volviendo a los ruedos cuando los tiempos de rehabilitación asi lo
indiquen. No es fácil la empresa, pero no imposible para el joven y atlético coleta
taribense, quien asume su percance más cuesta arriba, pues siempre las lesiones
óseas son las más complicadas y tardías de recuperarse que las mismas cornadas,
donde el tejido muscular es más rápida su evolución que las fracturas. Y en Jesús
Enrique está la recuperación de dos huesos como son el cubito y radio del
antebrazo izquierdo.
La
lista de festejos a estar pendiente en la agenda de “Colombo” no es menos corta:
01/08 Azpeitia, España. 02/08 Ristre, Francia. 04/08 Coasa, Perú. 09/08 Festival
en España. 17/08 Uskil, Perú. 19/08 Bilbao, España. 25/08 Festival en España son
las fechas que para agosto se encuentran escrituradas. Otra cosa lo dirá la recuperación.
Para septiembre la cosa es más numerosa: 01/09 Cuellar, España. 05/09 Tovar, Venezuela.
14, 15 y 16/09 en Tacabamba, Perú. 24/09 Chuquizongo, Perú. 25/09 Coasa, Perú. 27
y 28/09 Ecuador y 30/09 en Santa Cruz, Perú.
Son
estas las fechas de un torero que mantenía la ilusión tarde a tarde al aficionado
venezolano, quien ha visto como tras varios años, hay presencia de lujo tricolor
en ruedos del orbe taurino. Solo queda la paciencia y fortaleza psicológica y física
para lo que será una recuperación ansiada y esperada por muchos. El tiempo solo
tendrá la última palabra.
A la vera de su evolución posibles
sustitutos
No
es menos señalar que en estos momentos al pie de la letra se cumple aquella
frase que reza: «unos la firman y otros la torean». Es asi como en lista de
posibles sustitutos se ventilen, de cara a compromisos próximos toreros como el
valenciano Manolo Muñoz (de activa presencia en ruedos de la provincia peruana)
como asi mismo el tachirense Fabio Castañeda (con igualmente presencia en
arenas incas).
Otras
posibles alternativas que bien valdrían la pena, en un caso que Jesús Enrique “Colombo”
no llegue a una mínima recuperación para actuar cuando considere conveniente en
las próximas semanas son el tachirense afincado en suelo andaluz, José David
Cadavid y Fabio Castañeda, este último radicado en Perú, el cual poco o nada se
le han visto por ruedos nacionales, tras haber alcanzado sus respectivos doctorados
hace unas cuantas temporadas, todo esto, en un supuesto caso, aun cuando como
sabemos, los toreros son de una pasta distinta a los demás mortales, pues es impresionante
su poder de recuperación en momentos de máxima exigencia. No es la excepción Jesús
Enrique “Colombo”.
Novilleros venezolanos despuntan por ruedos ibéricos
Volvemos la mirada a nuestros pocos novilleros que
se están formando fuera de nuestras fronteras, como es el caso de los
tachirense Rafael de La Cueva y Rando Miguel, así como el peruano con hondas raíces
venezolanas, como lo es Pedro Luis Pérez, este último con par de actuaciones de
relevancia en el ruedo de Las Ventas las últimas semanas.
En el caso de Rafael de La Cueva este 2025 ha sido
de gran provecho, pues el mencionado alumno de la Escuela Taurina José Cubero
"El Yiyo" de Madrid, quien inició camino en la Escuela Taurina
"César Faraco" de San Cristóbal tiene en agenda actuar este próximo 2
de agosto en festival de lujo, en la ciudad de Segovia, en mano a mano al lado
del novillero local Luis Rivero, despachando reses del hierro de Dehesa de
Guadarrama.
Como se recordará en enero pasado tuvimos ocasión de
verle por las cámaras de Canal Sur Televisión a este joven espada, en la
localidad sevillana de Puebla del Rio, dejando un gran ambiente que le ha
valido estar en numerosos festejos a lo largo de este año (Navalagamella, Los
Molinos y Las Navas del Marqués), con los del castoreño, precedido de un 2024
donde incluso actuaria en Las Ventas con destacable paso.
Por su parte sin caballos el joven novillero Rando
Miguel se le anuncia actuar este próximo 24 de agosto en la localidad de Robledo
de Chavela, en el marco de las festividades en honor al Santísimo Cristo de la
Agonía, donde estará despachando reses del hierro de Santafé Martín, al lado de
los también novilleros sin caballos, Marco Polope y Samuel Castrejón.
De resaltar, lo que ha venido haciendo un torero
que sin ser nacido en suelo venezolano lleva en sus genes sangre torera andina,
como lo es el novillero Pedro Luis Pérez, nacido en Perú, hijo del matador de
toros tachirense Pedro Pérez "Manili", sobrino de otro matador ya
fallecido, José Pérez "El Gavilán", toreros que en las décadas de los
’70 y ’80 además de gran parte de los ’90 abrieron camino a la numerosa y actual
presencia de espadas venezolanas en plazas peruanas. Alumno de la Escuela Taurina
de Toledo está siendo apoderado por el matador burgalés "Morenito de
Aranda", con el hecho de haberse presentado en el importante ruedo de la
capital peruana en el 2023 para repetir el año pasado, donde dejaría condiciones
para funcionar en esto.
Es así como este pasado jueves, Pedro Luis Pérez, marcaría
nota destacada en la final del certamen de novilladas nocturnas en la primera
plaza de toros del mundo, como lo es Las Ventas, el cual sin cortar orejas le
ha permitido que de nuevo le anuncien de nuevo en este mismo ruedo a finales de
septiembre próximo abriendo la Feria de Otoño en la capital madrileña.
«Diano», el semental que cambió el toreo y
redefinió la bravura
Hay toros que nacen para ser leyenda sin haber
pisado jamás el albero de una plaza. «Diano», el gran semental de la ganadería
del hierro colmenareño de Vicente Martínez, es uno de esos nombres que se
pronuncian con respeto casi reverencial en los corrales del campo bravo. Su
historia no es sólo la de un toro, sino la de una sangre que transformó una
ganadería y dejó una huella profunda en el campo madrileño, donde padreó
durante toda su vida útil, tal y como nos relata en el portal cultoro.com, Marco
Antonio Hierro.
Pero todo comenzó un día de mayo de 1904. Un toro
berrendo en negro, herrado con el Nº 33 y llamado «Diano», llegó desde la
prestigiosa ganadería de Ibarra -casta Vistahermosa-. Fue adquirido por Luis
Gutiérrez para la ganadería de Vicente Martínez y destinado a semental. Desde
entonces, cambió su genética para siempre. «Diano» era hijo de vacas de
procedencia Vistahermosa, con esa armonía de formas que define al toro artista:
ancho de sienes, pecho fuerte, costillar largo y una mirada fiera que se
suavizaba sólo al citarlo. Su bravura, medida en las tientas de campo, mostró
no solo acometida, sino la virtud más difícil: repetir con clase. Entiéndase
por clase la que se entendía por tal en 1904, cuando las faenas de muleta no
habían visto a nadie quedarse quieto para torear en redondo; el toro no había
evolucionado hasta ese punto. Y «Diano» contribuyó a que llegara ese momento
muchos años después.
Antes de «Diano», la vacada Martínez había
comenzado a decaer; tras su llegada, se transformó en un linaje de bravura profunda,
temple, nobleza y lujosa presentación. Su eficacia como reproductor generó más
de 800 hijos directos y unos 2.000 descendientes. Sus hijos —y las primeras
generaciones— comenzaron a lidiarse en Madrid entre 1909 y los años 20.
Joselito ‘El Gallo’ repitió tardes enfrentándose exclusivamente a toros de
línea Martínez, símbolo máximo de pureza y temple. No en vano, cuando aquel «Bailador»,
de la viuda de Ortega, se cruzó en su camino en Talavera, José ya tenía
decidido hacerse ganadero de esta sangre. El mítico «Diano» fue alzado a la
condición de ‘animal ilustre’ por su legado.
Sin embargo, para los ganaderos, «Diano» tenía una
característica muy importante y escasa para los criadores de toros bravos: la
fijación de su genética. Cruzado con hembras jijonas y berrendas, generó
uniformidad en capa y genética. Ganó prestigio duradero por reproducir
caracteres consistentes sin retrocesos genéticos. Los productos de su línea
marcaron generaciones: «Gamito», «Mestizo», «Barrenero», «Ventero», «Extraño», «Milanés»…
toros con fuerza, fijeza y temple. Su cruzamiento introductor impulsó el encaste
Martínez, base del moderno toro bravo.
«Diano» se mantuvo activo como semental hasta
1917, muriendo con honor en 1920 en la finca ‘El Soto’, en Chozas de la Sierra
(hoy Soto del Real). A su muerte dejó una reata que dio forma al toro moderno
español.
Aunque la ganadería original se extinguió tras la
Guerra Civil, su estirpe sobrevive en linajes como Montalvo -que conserva
algunos animales por romanticismo-, Hermanos Quintas o incluso en vacadas
actuales que intentan recuperar su impronta genética.
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