Saldo
de ocho orejas y un indulto en la tarde de ayer, ante lote de astados ayunos
del trapío mínimo para una plaza de la categoría como Tovar. El Fandi con tres
orejas (dos de ellas simbólicas tras indulto), cuatro por parte de Colombo, y
una Ferrera, el botín del festín triunfalista.
El Fandi y Colombo se fueron en hombros en la primera corrida de la Feria de Tovar 2023. Foto. Luis M. Aramacuto |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
TOVAR
(Enviado Especial).- La corrida desde su mismo recibo iba ser polémica. El trapío
de los astados del hierro de Campolargo no se ajustaba en nada a los pesos que
luego en la romana de la plaza demostraban. Uno a uno desfilaron un lote de bureles
que no eran propios de la categoría de esta plaza, a la que se le debe respeto,
tanto a la afición como al público que se retracta en taquilla por ver toros
por lo menos con el trapío mínimo para lo que es una corrida. Pero estamos
llegando al colmo de los colmos, que ya lo que es respeto se ha perdido en este
lio de por sí complicado. El toro es la base de esta fiesta, y si él falla o se
le falta el respeto, de nada vale lo demás. Así se simple.
Multados con sus kilos a menos, fueron anunciados
y lidiados, por una terna de espadas que antes el trapío en el ruedo de estos,
recordaron sus tiempos novilleriles, a tenor de lo que aparentaba su conformación
anatómica: escurridos, sin culata, escasos de remate, y además de ellos con
exceso de dosis de “escofina”, parecía la cosa como si estuviéramos en un tentadero
o un festejo propio de otra plaza, que se yo, de ínfima categoría. Pero es
Tovar, una de las pocas plazas que nos quedan, junto con Mérida y San Cristóbal,
a la que hay que cuidar y sobre todo llevar lo mejor de la cabaña brava
nacional, no el saldo de lo que queda de las camadas. Vaya entonces a saber de quién
es la culpa: del empresario o veedores que solicitaron dicho ganado a
determinado precio; de la ganadera que aprobó enviar eso que no se puede llamar
corrida de toros; o las autoridades taurinas municipales que atadas de manos,
se consiguieron con tremendo dilema, no tenemos toros disponibles y hay que dar
la corrida. Y donde queda entonces el que hace el esfuerzo e ilusión de ver toros
o por lo menos lo más parecido a ello…
Antonio Ferrera pasó de capa con su tela verde, al
que abrió plaza, animal que luego en los tercios posteriores, a pesar del
limitado castigo que se le infligió en varas se vino a menos. Con tal género
estuvo poco cómodo el veterano coleta, a tal punto que en un momento, cuando le
pasaba por naturales, el toro se le venció y propino un pitonazo en la zona poplítea
izquierda que le condicionó adolorido con toreo bullanguero y a la galería el resto
de labor. El espadazo ligeramente desprendido valió para recibir tibias palmas.
Otro cariz fue su segundo, animalito más hecho en comparación
a lo lidiado hasta ese momento, donde descifró una labor de intermitencias a
reconocer, en especial por la mano diestra donde el mencionado espada se
desgranó en torear con soltura y desparpajo. Los remates de faena, así como los
inicio de series, por ambas manos, tenían ese aire de heterodoxia que
acostumbra un torero tan variado como con recursos como este, dado lo poco
colaborador y escaso de recorrido el noble animal. El medio espadazo
desprendido valió para el corte de una generosa oreja.
El Fandi vino hacer debut y espectáculo y a fe que
cumplió al pie de la letra su guion. No del todo lucido en el capote en toda la
tarde, con las banderillas Fandila supo ganarse al público y ya con la muleta fue
otro cantar. Con su primero se decantó por una labor efectista, frente a un
animal corto de recorrido, en especial por la mano derecha, de la que supo
vender al público con alardes de entrega y valor. Mejor se le vio por naturales
en series cortas, pero de gran calado que unido al efectivo uso del acero toricida,
serviría para cortar una oreja.
Pero lo cumbre vino con el quinto, animal de una
nobleza y recorrido a destacar, el cual dejaría ver en largo trasteo por ambas
manos, en especial tras buena lidia en el medido puyazo como en el largo tercio
de rehiletes, hasta 4 pares de gran mérito para el tendido. Por la derecha y
mejor aún por naturales, fue una faena a mas, potenciando –llevándole a media
altura- las bondades de un animal generoso en su bravura y codicia, siempre en los
medios, que contaría con la aprobación unánime de los presentes para solicitar
el indulto que el torero forzaría hasta el extremo, para de esta manera
concederlo el palco presidencial, y así acallar las voces de los partidarios a
un premio justo, a final y al cabo el toro no tiene la culpa que lo hayan
tenido que poner a pasar dieta en los potreros de su finca para la categoría de
plaza en la que iba ser lidiado.
La actuación de Jesús Enrique Colombo ha rayado a un
gran nivel, y con estos toritos, parecía que estuviera en el patio de su casa
entrenando. Soberbio y muy parsimonioso se le vio en toda la tarde, en su
primero en trasteo variado, el cual supo sacar partido a las opciones de
lucimiento del animal, limar las asperezas que tenía, y en especial, irse con
la espada en corto y por derecho sin titubeo alguno. Las dos orejas se
antojaron excesivas de plano.
Pero con el chotico que cerró plaza, literalmente
se dio un repaso de toreo, aprovechando al plenitud la veda de nobleza y franco
recorrido del animal, luciendo superior, sin aspaviento alguno, cuajándole en
todos los tercios, a tal punto de hacer entregar a la plaza entera ante la soberbia
con la que lucía frente a los “camburcitos” que llevaba de pitones. La petición
de indulto alargó más de la cuenta la cosa, para al final tras escuchar un
aviso irse con la espada dejando le ligeramente desprendido de efectos fulminante,
para ipso facto asomarse desde la pajarera presidencial las dos orejas, y la petición
de la vuelta al ruedo al toro por parte del público, que no fue concedida.
Al final Fandi y Colombo por la Puerta Grande… todos
felices, y el respeto que una vez tuvo la plaza de Tovar pisoteada no sé con
qué interés. Por supuesto el de la integridad y tradición que atesora esta afición
ha sido dejado a un lado, y eso muy bien lo saben los que tienen
responsabilidad. Allá cada quien con su conciencia, por lo menos yo la mía la
tengo tranquila, pues lo evidente quedo demostrado en el ruedo.
FICHA DEL
FESTEJO
Plaza de Toros Coliseo El Llano de Tovar. Viernes
8 de septiembre de 2023. Primera corrida de la edición 180ª de la feria en
honor a la Virgen de Regla.
Con poco más de un tercio de plaza
(aproximadamente 2000 personas) en tarde fresca, soleada, se han lidiado seis
toros del hierro de CAMPOLARGO (Carmen
Rosa Campolargo), mal presentados en su conjunto, todos multados por no dar el
peso mínimo reglamentario en los corrales de la plaza, de 425 kilos. Nobles en su
conjunto, destacando lo pastueño del 5º («Tovareño» N° 229 de 382 kilos, indultado)
y el 6º.
Pesos: 330, 330, 374, 357, 382 y 341 kilos
ANTONIO
FERRERA (Granate y oro con cabos
blancos): Palmas y una oreja.
EL
FANDI (Nazareno y oro con cabos
blancos): Oreja y dos orejas simbólicas.
JESÚS
ENRIQUE COLOMBO (Verde oliva y
oro con cabos blancos): Dos orejas en ambos toros.
Incidencias: En las banderillas buenos pares de Ramón
Contreras, buen puyazo de Guillermo Guimerá y en la brega oportunas intervenciones
de Gerson Guerrero y Eduardo Graterol. *** Presidió el festejo don Roger Barón.
*** El festejo tuvo una duración cercana a las 3 horas, tras casi 20 min en devolver
a corrales el toro indultado.
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