Claro,
conciso y preciso, así habla el padre del torero venezolano que marca el rumbo
y venezolanidad por arenas del mundo en este momento. Lo hace con la verdad por
delante (como cuando se inicia una serie de muletazos) “sin esconderse detrás de
la mata”, y con la firme convicción que la fiesta de los toros en Venezuela tiene
futuro si ponemos seriedad y formalismo a lo que se está viendo, en especial,
el toro de lidia, la materia básica para el arte, triunfo y éxito de una tarde
de toros… Entren y disfruten de algunas verdades que muchos “caga tintas” se
limitan a decir.
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes - RDV y PLAZA 1
TOVAR
(Especial).- Aprovechando el reciente marco ferial tovareño, y en un
ambiente tan acogedor como es el Parque El Añil, o la conocida como La Plazuela,
hemos coincido con el padre de un torero, pero no un torero cualquiera, que ya
es decir mucho, se trata de actualmente la primera figura del torero nacional
como lo es Jesús Enrique Ruiz como aparece en pila baustimal, pero en los carteles
con un más que reconocido “Colombo”.
Hemos hablado con tal vez un hombre tan sencillo
como jovial, tan sincero y directo, que para algunos podrá parecer otra cosa. Pero
por delante -como en la faena de muleta- la fe de quien sufre y disfruta los éxitos
del hijo torero en la plaza como si fueran los de él. Fueron épocas y momentos
distintos del toreo que Jesús Adolfo Ruiz en su época de matador activo en
los ’80 y ’90 le correspondió vivir.
- ¿Como es actualmente hacerse torero?
Es muy simple. Es la época más difícil que ha
habido a lo largo de la historia, pues a la camada tan importante que hay en
los actuales momentos, cada vez son menos las oportunidades que te dan para
formarte, con el toro más bravo y mejor seleccionado en España que es donde se juega
el cetro del toreo, el cual son muchos los llamados y pocos los elegidos, y
para llegar a obtenerlo hay que estar muy preparado física y mentalmente pues
el toro todos los días te lo exigirá.
Para ser torero siempre ha sido difícil, tanto en
nuestro país como en España y en toda América. Aparte de ello muchos factores
deben reunirse como es el que también cuentes con una montaña de vocación,
mucho valor, entrega, suerte para que los animales te respeten de los percances,
y en especial, encontrar amigos que te den la mano, como por ejemplo el Circulo
Amigos de la Dinastía Bienvenida en la personas de don Juan Lamarca y el Dr.
Nelson Hernández quienes en mayo del 2012 hicieron posible la llegada de Jesús
Enrique a la Escuela Taurina de Madrid y comenzar allí esta historia que aún
falta muchos capítulos por contar… así mismo no nos olvidamos de personalidades
como Orlando Faroh, Juan José Guerrero, Filippo Alba, Miguel Guía, Ricardo Ramírez,
Carlos Arias, el padre Renato Cortez, Aurelio Zambrano, Maryuli Pernía, Cesar Pérez
Vivas, y ya desaparecidos como don Pedro Casanova, y Víctor José López “El Vito”
(quien antes de despedirse este año en San Cristóbal nos dijo “tengo la convicción
de verte triunfar, y solo será cuestión de tiempo que logres los objetivos, además
que aguantes los detractores del momento), e igualmente tantos que se me escapan
en la memoria. No dejo a un lado a los medios de comunicación taurinos que siempre
a pesar de tantas limitaciones en periódicos y sitios web, han llevado la
cobertura de todo lo que se ha hecho en España, Francia, Perú, México, Colombia
y por supuesto, Venezuela.
- En tu época todo era muy distinto, tanto acá
en al país como en España para los toreros venezolanos.
Ufff, eso ni se diga, acá en Venezuela habían
cerca de 20 ganaderías que posibilitaban escoger un gran abanico de opciones
para los toreros hacerse profesional, eso por un lado, por otro la cantidad de
plazas de capitales y pueblos que se daban toros para que al año, casi las 100
corridas de toros se lidiaran, aparte de novilladas y festivales, con
epicentros taurinos fundamentales para el toreo nacional como Caracas, por
ponerte un ejemplo, con presencia masiva de los medios de comunicación y sin el
acoso hipócrita de estas sociedades animalista tarifadas que solo lo que buscan
la extinción del toro de lidia en Venezuela, sin importar todo lo que tras de sí
genera. Era otra época, no fácil, pero tampoco tan limitada como la actual, con
4 ganaderías y solo 3 placitas de referencia. Para eso es que necesitamos un
torero como Jesús Enrique para levantar las demás plazas que están cerradas,
lleve gente a los tendidos y los ganaderos se animen a presentar verdaderos toros
en las plazas de acuerdo a la categoría de las mismas.
En el caso particular mío, cuando me formé como torero
lo hice con ganado criollo en todas las ferias de los andes venezolanos, de allí
que cuando llegábamos al toro de lidia no contábamos con una técnica tan depurada
como la tienen los toreros de hoy en día, casi a la perfección. Aparte de eso
por aquellos días en San Cristóbal adolecíamos de un maestro que nos corrigiera
muchos detalles técnicos en la lidia, de allí que muchas veces no éramos
tomados en cuenta en las temporadas de novilladas de Caracas y Maracay, esa es
la verdad, de allí que mi inicio formal como torero haya sido un poco tarde,
con 24 años de edad.
- Aparte de torero has sido empresario, promotor
artístico, comentarista taurino, en fin, haz estado en todos los intríngulis del
toreo.
Es que esto lo lleva uno por afición y pasión. Sin
estos dos elementos es difícil estar tantos años en esta profesión donde se
manejan tantos intereses, tanto para el torero, el ganadero, el empresario y al
que se retracta en taquilla. En todas estas facetas que mencionaste siempre ha
estado por delante mi verdad, fruto de más de medio siglo en estos menesteres,
y que la vida me ha deparado muchas cosas bellas, a la que estoy muy agradecido,
y que gusto que un hijo tuyo, desde los 7 añitos te acompañe y haya logrado
hacerse matador de toros y un más que digno representante del toreo venezolano
en los ruedos del mundo, con sus virtudes y defectos, pero allí está…
- Ver formar un torero como Jesús Enrique debe llenar de
orgullo, habiendo sido novillero puntero en España y luego poco a poco hacerse
un hueco dentro de esa selecta lista de toreros elite que están en aquellas
arenas.
Pues sí y sobre todo ver a disciplina de alguien quien
vive y ama la profesión las 24 horas del día, los 365 días, eso es más que una bendición.
Pero también sabes que cada tarde tu hijo se juega la vida eso es un peso que
llevas en los hombros. Pero uno sabe que esa constancia y perseverancia por
superarse día tras día te da el confort de asimilar un hecho así. Y especial
este último año donde he visto, no lo digo como padre, a un Jesús Enrique,
mucho más maduro, asentado y resolutivo delante de la cara del toro, no solo
haciendo alarde de sus incuestionables habilidades físicas, sino la técnica e inteligencia
para ver al toro. Eso es lo más importante, sobre todo en tardes puntuales en Francia,
en Pamplona, en Azpeitia, y muchas más a lo largo de este año.
- Que podemos hacer por nuestra fiesta
brava, la que se sostiene con el esfuerzo de empresarios que se arriesgan por
un espectáculo deficitario en taquilla y nulo en apoyo publicitario como si lo
tienen otros eventos como el futbol, el beisbol o el básquet por poner esos ejemplos.
No es fácil pero tampoco imposible. Hace falta
estrategias de marketing en todos los medios posibles, bombardear a la población
en general lo que significa el toreo para una sociedad que desde que cerraron
el Nuevo Circo de Caracas (marzo de 1997) esta acéfala de información en medios
de comunicación, aprovechando de esta manera los “animalista a sueldo” para socavar
el pensamiento de las generaciones futuras de aficionados y juventud en general.
Eso significa unirnos todos los gremios algún día y abogar por defender entre
todos esto, sino estamos cada vez más aislados y a merced de fiscales
oportunistas que de algún u otro modo utilizando las leyes a su favor -y sin razón
ni estudios que lo avalen, como si los tienen la Tauromaquia- torpedeen la realización
de las poquitas ferias que quedan y hay que cuidar. Otra parte está de parte de
los ganaderos, haciendo el gran esfuerzo de por sí, de llevar “toritos”
bien presentados a las plazas, para que el aficionado que hace el enorme esfuerzo
de destinar lo equivalente a un mes de su sueldo – así de grave estamos- salga
satisfecho de la plaza, otra cosa es que embistan, que sería un éxito rotundo
pues eso es lo que hace y crea afición, es como aquello de “cliente satisfecho
siempre vuelve”.
- Que opinión tienes en relación con lo que se
vio en la pasada Feria de Tovar, y en especial la tarde de triunfo rotundo del
viernes 8, con el corte de cuatro orejas, donde casi todos los premios de la
feria salieron de esa tarde, y en la cual seis de los toros corridos llegaron
sin los deberes cumplidos del trapío para esta plaza. O que por ejemplo en las
otras tardes también hayan salido multados. Que podemos hacer en relación con un
tema delicado, que de la misma manera no vaya suceder en las venideras ferias
de San Cristóbal o Mérida.
Cuando uno habla de los toros es un tema delicado,
y más yo habiendo sido en un momento asesor de la Comisión Taurina de San Cristóbal
y en una ocasión de una novillada en Maracay. Uno como autoridad busca seriedad
y respeto por la gente que es la que paga y sostiene el espectáculo, como lo que
usted afortunadamente escribe y describe en prensa y radio, lo que pasa es que
la verdad muchas veces, para algunos duele, y mientras todo lo que se le haga
al toro en nuestro país para los toreros foráneos y ver que esto es una
mamadera de gallo, para ellos mejor (toro chico, dinero grande que muchas veces
jamás cobran en sus países de origen) …
La responsabilidad de que se organice una corrida
de toros recae en una sola persona, y me explico: las empresas tienen casi un
año para ir organizando una feria por ejemplo como la de Tovar, y para ello lo
primero antes que toreros se debe de tener son los toros, eso es igual que tu
compres en la granja cochinos y el día que tengas que buscarlos te saquen
lechones o jabalíes, y por eso incluso las empresas deberían incluso dos meses
antes mostrar las corridas -no en drones desde el cielo- al público para que se
animen, algo por ejemplo como hizo don Fabito Grisolía con sus toros colorados
y jaboneros en la Feria del Sol de 1989, o muy frecuentemente en España, porque
a final de cuenta el factor más importante de todo esto es el de los cuatro
años y los pitones astifinos, y la responsabilidad de las comisiones taurinas
si no están aptas para su lidia, no recibirlas, y punto, aun cuando el día que
suceda eso acá en nuestras plazas crearía un precedente. Antes era muy raro ver
toros sin peso en nuestras plazas, se
rechazaba y se metía otro de la misma ganadería u otro hierro, pero el extremo
que estamos viendo hoy en día, y entendemos también es que el campo bravo nacional
hoy día está muy golpeado, pero también es cierto que el que se mete a esto, y
más como el de ganadero de reses bravas, lo único que debe tener claro es que su
obligación es llevar a la plaza el toro en su máxima expresión, dependiendo eso
sí de la categoría de la plaza, sin exigir toros tampoco como en España, pero sí
el que justifique los 20, 40 o 60 dólares que el taurino se retracta en
taquilla. Esa es la verdad. Es lamentable que matadores de toros tan placeados
tengan que torear novillos, como si fuéramos novilleros, y no es que sea
torista, pero sí que Jesús Enrique le duele que tenga venir a su país a
estoquear toros a la mitad del trapío de lo que estoquea en Europa. Hay que
estar claro, en este momento solo nos queda solo tres ferias, Tovar, San Cristóbal
y Mérida, y creo que es muy importante en esto duros momentos, como taurinos con
el corazón en la mano, como padre de torero, el que se cuide la parte formal y
la seriedad del espectáculo. Respetándonos unos a los otros, sin que nadie se
moleste, que se les diga con respeto la verdad, y esa es la realidad de lo que está
sucediendo, eso es igual a que tu anuncies al desaparecido Vicente Fernández y
salga a la tarima “el doble de Vicente Fernández”. Yo he sido organizador
taurino en muchas plazas (la Feria de Tovar de 1994 a poco menos de un mes de
su celebración la organizó), y de verdad a la gente en estos momentos que
estamos, no se le puede llevar estas sorpresas, pues por algo paga y le cuesta
un dinero importante de su bolsillo.
Y para finalizar, los toros de la corrida del
viernes de feria, fueron recibidos y multados por falta de peso, comprobados en
romana digital precisa, una cosa ilógica que para eso esta en la ordenanza municipal
de Tovar un peso mínimo, del cual se señala que son 425 kilos. Yo considero que
por el viaje pierdan 20, 30, 40 o 50 kilos como máximo, dependiendo de la
distancia también, y lo más lógico que se puede hacer en ese aspecto, sí hay
que rebajarle en la romana sus 10, 15 o 20 kilos se le haga y no sacarle a la
luz pública como multado, pero también que ese toro que esta llegando sin el
peso se le vea su trapío de toro, para eso estamos hablando de corridas de
toros, no estamos hablando de novillada sin picadores, o novillada con
picadores o becerrada. Aquí la realidad de todo esto es una sola: que le ponga
todo el mundo del toro seriedad a las cosas de una vez, sin justificaciones baladíes,
que a final de cuenta colocan a las comisiones taurinas en situaciones muy fuertes
el día de la corrida. La empresa sabemos que les pueden quedar mal por x o y
motivos, pero es que tenemos que colocar un granito de arena y seriedad a lo más
importante de esta fiesta, porque un festejo taurino es el esfuerzo de mucha
gente, pero enseriémonos para cuando hablemos de una corrida de toros sea una
corrida de toros. A mi en lo personal, me da mucha tristeza, y no es que quiera
lo fácil para mi hijo, porque igual yo fui matador de toros por 25 años, y me despedí
en Pueblo Nuevo con una corrida de don Jerónimo Pimentel con 480 kilos de
promedio, pero siempre preparado para el toro que impone seriedad y respeto, a
pesar que muy poco campo hice como torero en activo, porque como te dije, me forme
con toro criollos, pero como te repito nuevamente, hay que ponerle formalidad a
esto y no ocurran sorpresas, para no caerle luego a las empresas taurinas como
la Tovar que hace un grandísimo esfuerzo por organizar una gran feria, empezando
a apartar toros con el trapío que exige su afición, su plaza, la historia taurina
de la misma. Y como dijo Johan Santana el día de la entrega de premiación (un
poco molesto incluso con el pueblo mismo), “O me apoyan o esto se va al diablo”,
que luego no termine de aparecer un paracaidista y de esta manera logre acabar el
esfuerzo que se ha hecho todos estos años.
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