martes, 11 de enero de 2022

La Plaza de Toros de Mérida pasa a ser gerenciada por otras manos…

Tras el acuerdo alcanzado por COREMER con la sociedad Rodríguez Jáuregui & Manfredi López
La designación por parte de COREMER a los nuevos empresarios del coso de la Avenida Las Américas

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Ramón Pico
 
La tarde de este lunes, en las dependencias de la Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia” de Mérida se traía por el interés que noticias iba a deparar a toda la afición emeritense, la nueva junta directiva de COREMER. La cosa tiene su miga, tras el litigio que se está dirimiendo entre este ente y la Empresa Taurina RAMGUERTAURO, la misma que desde el 2013 viene ocupando funciones en la organización del “Carnaval Taurino de América”.
 
El asunto es que el pleito viene desde octubre pasado, cuando la encargada de los destinos del máximo escenario taurino emeritense, en este caso la directiva anterior de COREMER, solicitó la revocación del contrato de arrendamiento, a RAMGUERTAURO por desavenencias entre sus socios principales como son el ganadero de reses bravas Ricardo Ramírez y su socio Juan José Guerrero, comenzaría con ello el viacrucis de la edición ferial 2022 por saber quién sería la empresa que a final de cuentas llevaría a buen puerto el serial de este año que tendrá lugar del 26 de febrero al 1º de marzo próximo. Los días pasaban, asumió nueva directiva de COREMER, encabezada por el joven ciudadano Sharif Aisami, quien inmediatamente se avocaría junto a su directiva a colocar coto a esta singular situación, única en el largo historial de la cita ferial emeritense.
 
La razón, al final la tendría COREMER, pues no valió artimañas legales ni maniobras jurídicas para hacer valer la voluntad de muchos aficionados que nos encontrábamos en la difícil tesitura de ver como la calidad y prestigio de la gran cita taurina emeritense, año tras año se iba al piso, bajo la complicidad de muchos que se dicen ser “taurinos de huso colorao” quedando más bien colorados de la pena, ante el hecho que implica que en estos tiempos se tenga que seguir bajo la voluntad de quien o quienes han obrado por complicar más de lo que estaba el lio del toro en una ciudad caracterizada por la organización y responsabilidad de sus asuntos taurinos. Venga, que fue un retroceso grandísimo del que por estas líneas dimos advertencia mucho antes que otros se dieran cuenta.
 
En fin, que este lunes, la junta directiva de COREMER, ha solventado, tras llegar un acuerdo jurídico entre las partes implicadas, en entregar por este año, la organización a menos de 45 días de que suenen clarines y timbales, a la sociedad formada por las empresas taurinas Hermanos Rodríguez Jáuregui y Manfredi López, lo que de alguna u otra manera será un bálsamo de seriedad y responsabilidad de cara al futuro que tendrá a partir de la presente fecha la Feria del Sol, el cual para tal efecto tendría que reorganizarse y reestructurarse, con carteles de garantía y tirón para el taurino serio como para el aficionado y público en general que estarán presente en los tendidos del máximo coso merideño.
 
En tal sentido, desde ya tanto José Luis como Augusto Rodríguez Jáuregui así como Gabriel Manfredi están abocados a llevar de nuevo en un sitial de importancia la cita taurina de febrero en el calendario taurino nacional, carteles donde el toro como elemento supremamente importante tome el protagonismo, con la edad y el peso que requiere una plaza que se dice de primera categoría, y que tendrá de nuevo que demostrarlo con los más selectos exponentes de la cabaña brava nacional, que sabemos está muy limitada, pero no exenta también que aquellos ganaderos que asuman el compromiso en lidiar en el ruedo merideño lo hagan conscientes de la responsabilidad que implica con quien se retrata en taquilla y hace el esfuerzo en acompañar tarde tras tarde la ilusión por ver un espectáculo integro, del mismo modo con toreros que sean del interés y atractivo de una afición joven, alegra a la que se le debe de enseñar, y no complacer por caprichos triunfalistas y enfermizos como se llegó a convertir la monumental emeritense.
 
COREMER APOSTANDO POR EL FUTURO DE LA PLAZA Y SU AFICIÓN
 
No dudamos que el viraje que ha tomado la nueva junta directiva de COREMER tenga su cuota de apuesta, pues no es fácil la empresa de organizar toros en estos momentos, pero lo hace con gente como la familia Rodríguez Jáuregui con la experiencia de haber llevado a lo más alto del interés el “Carnaval Taurino de América”, teniendo habilitada en los próximos días tras intenso y profundo trabajo de remoción y reparación es, también una plaza de toros cónsona a lo que implica como acontecimiento nacional para la fiesta brava el serial emeritense, lo que repercutirá como en su momento lo fue, en la economía de la ciudad a nivel turístico y mediático.
 
Para este martes estaba pautada darse sesión al recurso de amparo interpuesto por el empresario Ricardo Ramírez en relación con la decisión tomada por COREMER. Ya a mediodía estaba lista para sentencia la voluntad del juez de la causa, dándole la razón a esta última y con ella vía libre para que de una buena vez, a menos de 45 días de la primera corrida de feria, y sí las circunstancias de la pandemia COVID lo permitan, estemos atentos a lo que suceda entre toro y torero en la arena de la Plaza de Toros Monumental de Mérida. Se pone fin a uno de los capítulos más lúgubres y penosos de lo que es la fiesta brava en la que es llamada “Ciudad de los Caballeros”.
La sociedad Rodríguez Jáuregui & Manfredi López espera devolver en el curso de este año y los venideros, la seriedad y categoría que requiere la fiesta brava en Mérida

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