Ambos espadas se encontraron con destacados
astados, los cuales descifraron sus posibilidades de éxito, para de esta manera
triunfar pletóricamente. *** Interesante actuación en conjunto del rejoneador José
Luis Rodríguez, dejando estela de gran escuela y madurez profesional en su
regreso al ruedo emeritense.
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
El conjunto del encierro no era el
más halagüeño por lo dispar de presencia. Pero hay que entender que en el campo
bravo venezolano nos estamos apañando con lo que se puede y hacen el esfuerzo
los ganaderos en llevar a las plazas. Pero una cosa si está clara, es el propio
toro el que pone las cosas en su sitio en la arena, y asi sucedió, con el brillante
juego de dos de los astados del hierro de El Prado, para encumbrar de éxito a
sus respectivos lidiadores.
El primero, Antonio Ferrera al saber
entender y descifrar al que abrió su lote, merecedor de la vuelta al ruedo cortándole
las dos orejas; y segundo, el que cerró festejo en las mano del debutante
Manolo Muñoz, novillote escurrido que sacaría un fondo de bravura y nobleza
superlativo al punto que yendo a más en la faena, al final se indultó con méritos
ganados en el ruedo, allá su censurable trapío para esta plaza, pero como le decía
amigo lector, esto es lo que hay, y viene sucediendo no de ahorita. Que le
vamos hacer…
De la misma manera sorprendió gratamente
la actuación del rejoneador José Luis Rodríguez, quien haciendo gala de un
toreo muy puro y de frente ha demostrado un grado elevado de maestría, rejoneo
de altos kilates para quien aprecia en su máxima dimensión el toreo a caballo
en los actuales momentos. En fin, que la noche de toros ayer fue entretenida y
nadie comió “pipas”, como se diría coloquialmente.
La noche arrancó con la actuación
templada e inspirada del cavaleiro José Luis Rodríguez, quien a lomos de «Gringa»
paró con suavidad y brevedad las abantas embestidas del castaño astado. Los dos
rejones de castigo sirvieron para calentar los ánimos de los presentes y del
toro, para luego en banderillas montando a «Mar de Plata» y «Bizantino» apostar
José Luis por un toreo sobrio, sin engorrosas pasadas en falso y en especial
autoridad ante las embestidas templadas y codiciosas de «Histórico», que asi se
llamaba el pupilo de don Edgar Varela. Las banderillas clavando al estribo y los
quiebros al pitón contrario dejaron en claro la más pura escuela lusitana del
rejoneo, de las veces que mejor se le ha visto al veterano rejoneador, quien no
pisaba como torero hacía 12 años esta arena. El pinchazo antes de dejar un
rejonazo caído no fue óbice para que desde el destazadero le buscaran la oreja
que merecidamente paseó.
Otro nivel fue su labor ante el mansurrón
«Teleférico», que de salida intentó saltar al callejón. Los tres rejones, uno
de ellos envainado, tal vez pesaron el que al final el toro se parara, pero de
nuevo los caballos rayarían a un nivel extraordinario demostrando la confianza
y doma que requiere compromisos de esta responsabilidad. Las banderillas
clavando con naturalidad, asi como el manejo de terrenos para sacarle de sus
querencias, hicieron de esta labor metódica y de muchas teclas, para el cual tras
rematar con una farpa corta e incluso permitirse la licencia de sacar una muleta
para quebrar la embestida del toro, emborronar actuación con el pinchazo y un rejón
contrario y caído, dar la vuelta al ruedo, junto con sus caballos que bien valió
la pena el que saludaran la ovación que le tributaron los presentes.
En conjunto la actuación de Antonio
Ferrera se puede catalogar como un corolario de heterodoxia y anarquía propia
de los toreros que salen a la plaza sin un guion establecido. Frente a «Notiferias»
-raro nombre por cierto para un toro- Ferrera desplegaría una actuación inspirada
y condicionada por la nobleza y débil embestida que supo llevarle y medirle a
lo largo de su trasteo. Compartiría tercio de banderillas con el debutante
Manolo Muñoz, en pares de rehiletes de emoción al tendido, que con la muleta fue
haciendo, poco a poco, con las noblotas pero débiles embestidas, de alli que el
tacto y pulso por no desaprovechar esa veta serviría para hacer ver mejor de lo
que era en realidad al toro. Largos y templados los naturales, el pitón por
donde se inspiraría Ferrera, haciendo de la plaza un hervidero. Tras la petición
de indulto denegada, incluso escuchando un aviso, se fue tras la espada, en
todo lo alto, para ser premiado con las dos orejas y la vuelta al ruedo al toro
en el arrastre.
La faena al quinto fue una labor marca
“Ferrera” por el decorado que le colocaría en el curso del trasteo al nobilísimo
«Don Tito», otro destacado animal, por su pajuno recorrido el cual nuevamente enmarcó
como El flautista de Hamelín, bajo los acordes del pasodoble “La Concha
Flamenca” interpretada magistralmente por la banda del maestro Antonio Rangel. Larga
sería una faena donde se permitiría la licencia Ferrera de sacar a relucir la
variedad e inspiración de un torero veterano y con las tablas para darse el
lujo de hacer una faena donde volvería la plaza un manicomio, en especial por
naturales, series larguísimas siempre a favor del toro en su embestida, como de
la misma manera las entradas y salidas de tandas. Pena que la espada no viajo a
la primera, necesitando de varios intentos, asi como con el descabello, e
igualmente la mala fortuna del puntillero levantar en dos ocasiones al toro ya
doblado en tablas, para trucar lo que era de triunfo en leves palmas tras dos
avisos. Una pena.
Volcánica y por momentos
arrebatadora fue la presentación en esta plaza del diestro carabobeño Manolo
Muñoz, quien ha debido esperar un buen tiempo para hacer su debut en este ruedo.
Pero ha valido la pena, pues no se ha dejado nada en el tintero el por momentos
atropellado coleta quien se ha hecho estos últimos años en el Perú, donde ha
tenido el rodaje para dejar en claro que deben contar con él en ruedos nacionales.
Así lo dejaría en el primero de su lote, precioso y serio jabonero «Nevado» de
nombre que impuso la importancia de estar ante un toro “con toda la barba” de
la edad y trapío que ojalá y fuera más a menudo. Con él Muñoz de capa asi como
en banderillas y muleta dejaría ver variedad y ambición, a veces arrollando la razón,
como es el sitio, distancias y temple que debiera ser, pero materia pendiente a
quien puede y debe pulir estos detalles. Las series por la derecha rezumaron personalidad,
asi como los remates de tandas, para al final tras estocada entera, trasera y caída
ser premiado con criterio, con la oreja que paseó con todo el merito ganado en
el ruedo.
Pero vendría la traca con el
anovillado «Encantador», un encanto cuando tras el medido puyazo y vibrante
tercio de banderillas se dispuso de nuevo solo Muñoz, incluso haciendo reminiscencias
del recordado “par de la silla” del recordado maestro Bernardo Valencia. De nuevo
la muleta jugaría factor para que el animalito persiguiera con codicia y tranco
la tela, la misma que manejo con inspirado trazo un entregado Manolo al ver la
plaza entregada a lo realizado, tanto por la diestra como por la zocata, en
trasteo kilométrico, bajo los acordes de «Alma Llanera», detalle nacionalista
para edulcorar el ambiente en la plaza y la faena. Al final, la petición se
hizo unánime no quedando opción que desde lo alto de la pajarera presidencial,
doña Clarisa Garbati asomara el pañuelo naranja para conceder el indulto al
astado y las dos orejas simbólicas al torero, logrando asi acompañar al maestro
Ferrera en la postrera salida en hombros.
Y como dicen por alli, “colorín
colorado, este cuento se ha acabado”… el que quiera más que venga este lunes a
la plaza en el cierre de feria.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román
Eduardo Sandia” de Merida.
Domingo 2 marzo de 2025. II Corrida
la Feria del Sol 2025.
Con poco más de media plaza (9000
personas aproximadamente), en noche fresca y despejada, se han lidiado toros de
SAN ANTONIO (1º y 4º de Edgar Varela) para rejones; EL PRADO (2º y 6º) y RANCHO
GRANDE (3º y 5º) todos pertenecientes a la familia Molina Colmenares, en su
conjunto justos y dispares de presentación, nobles en distinto grados, sin maldad
alguna, destacando el corrido en 6º («Encantador» Nº 249 de 430 kilos) , por su
tranco y recorrido, siendo premiado con el indulto, y el 2º, («Notiferias» Nº 247
de 440 kilos) de vuelta al ruedo.
Pesos: 432, 440, 462, 430, 435 y 430
kilos
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ (Chaquetilla negra a la Federica), oreja y vuelta al ruedo.
ANTONIO FERRERA (Grosella y oro con cabos negros), dos orejas tras aviso y palmas tras
dos avisos.
MANOLO MUÑOZ (Sangre de toro y oro con cabos blancos), oreja y dos orejas simbólicas.
Incidencias: Destacaron en la brega Mauro David Pereira en los toros de rejones.
*** Previo al festejo se realizó un brillante despeje de plaza con la procesión
de las distintas escuelas de flamenco que han actuado en esta plaza en esta edición
y anteriores, asi como numerosos devotos de la Virgen del Rocío, rematando con
un brillante juego de fuegos artificiales por espacio de 5 min. *** Las
actuaciones del rejoneador fueron amenizadas por la cantaora Saray Ramírez y en
la guitarra José Manuel Martos. *** Al final del festejo fueron sacados en
hombros Ferrera y Muñoz. *** Presidió festejo acertadamente nuevamente la Lic.
Clarissa Garbati de Picón.
Con la premiación se resumió lo visto en esta feria...el toro de mas merito según los entendidos en el tema, que fue el indultado no fue el premio al mejor toro de la feria. Un novillo impresentable que no debió embarcarse en la ganadería y que al ser aceptado por la presidencia, debió morir en el ruedo. No hayan que hacer con tanto toro en el Campo colombiano...me preguntó, si el año pasado pudo venir Juan Bernardo Caicedo pq este año no?
ResponderEliminarOrejas en esta feria cómo granos de arena hay en el ruedo. Nos estámos cargando la fiesta de los toros desde adentro. Increíble que solo se escuche...es que estoy es lo que hay...pues si eso es lo que hay en el Campo bravo venezolano. Pues no sé compra y se gestiona como ya se ha hecho la importación.
ResponderEliminarVenezuela será por lo visto en los últimos años, exportador de genética de toro de lidia. No sabemos que hacer con tantos toros indultados en nuestras dehesas. La alegría no debe ser el lleno en la plaza, sino objetivamente las 2 medias plazas cuando el año pasado fueron 2 3/4 de plaza y un lleno.
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