Tres orejas se llevó el espada
extremeño mientras el tachirense cortaría oreja a ambos astados que despachó, Castella
por su parte emborronó faena por alargar trasteo y fallar con el acero.
RUBEN
DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos:
Federico Montes
Se
esperaba más público del que se dio cita a los escaños de la bella plaza
monumental merideña. Pero los que asistieron ayer disfrutaron una tarde entretenida,
en parte, por la voluntad, solvencia técnica y veteranía de los espadas actuantes,
que pudo ser de más orejas sí el displicente Castella no se pone necio en alargar
una faena y luego insistir un indulto inexiste para su segundo astado de la
tarde. Al final se quedó sin las orejas que la espada se llevó.
Por
su parte Perera hizo gala de su impertérrito valor para trabajarse las tres orejas
que paseó, un poco generoso la concesión de la segunda en el quinto de la tarde,
ante un trasteo donde primó más el alarde de valor y quietud que emoción, el
cual emanaba en sus embestidas el burel en turno. Y lo de Suárez, la confirmación
de un torero que mejora en sus aspectos de técnica y sobre todo con la espada. Precisamente
con el acero cinceló el par de orejas que se paseó por el redondel emeritense,
en una clara demostración que ya es materia superada el uso del acero.
Los
toros de la ganadería falconiana de San Antonio no dejaron indiferente a nadie,
en especial a los toreros, quienes en su afán de lucirse, por momentos les
faltaron el respeto a los toros, a tal punto de llevarse par de volteretas,
Castella y Perera. Pero les faltó a los pupilos de don Edgar Varela la emoción
que impone la casta, la raza y en especial ese elemento primordial en el toreo
que es la sensación de peligro. Seis orejas se les cortaron, que bien pudieron ser
más, signo halagüeño que va por buen camino, que es lo más importante. Por cierto
los nombres de los astados, llevaron emotividad alegórica a nuestro beato próximo
a canonizar, como lo es San José Gregorio Hernández.
Impertérrito
cerrado en tablas abrió faena Castella, torero que gusta del toreo de cercanías
como luego se prodigó en sacar partido al escurrido y cornalón astado, «Baltazar»,
el cual paso a media altura, donde se regodeo en lucirse en muletazos templados
pero ayunos de emotividad por la limitada casta del astado. Tan a gusto y exultante
se veía que resultó volteado por el animal, tomando a partir de alli emotividad
el trasteo. La estocada entera, trasera y desprendida, valdría para el corte de
una oreja.
Mucho
más variado y entregado se le vio al displicente y apatico torero, en otra
labor de amplio repertorio cercano a pitones, donde el temple y colocación milimétrica
fueron elementos técnicos para resaltar virtudes del noble «José Gregorio» al que
incluso el torero insistiría en la petición de los neófitos por el indulto
improcedente, alargando más de lo debido la faena. Al final, el fallo con los
aceros, tras haber escuchado un aviso antes de perfilarse, hizo que lo que era triunfo
de dos orejas quedara en tímidas palmas tras dos avisos. Por cierto, acertado
criterio del palco en mantener y denegar la enfermiza petición del perdón del
indulto.
Perera
luciría con autoridad frente al noblote «Santo», el cual recetaría la dosis de
temple y delicadeza con los engaños, en especial por la derecha donde a base de
firmeza y toreo en la corta distancia, hizo ver mejor de lo que era al
mencionado burel. El espadazo trasero hizo doblar al animal y con ello la oreja.
Mayores
ribetes de emoción tuvo su labor ante «Milagroso», animal de una pastueña y almibarada
condición en su embestida, a tal punto de empalagarse un Perera que al igual
que Castella por momentos le faltaría respeto al toro, llevándose una voltereta
de órdago, que fue el catalizador para que los presentes entraran en interés de
la faena, la que luego tomaría emotividad que tras el espadazo entero, ligeramente
trasera, desatarse una desaforada pañolada y con ello la concesión, un tanto excesiva
de las dos orejas, cuando en realidad era para una. Pero qué más da…
La
actuación de Antonio Suárez a lo largo de la tarde fue de interés desde todo punto
de vista. Sabrosas fueron las verónicas de recibo, embarcando con propiedad las
primeras embestidas de «Papa». Sería en la muleta donde Suárez decantaría su
mejor versión, en intermitente trasteo, donde los mejores momentos fueron por
naturales, donde largó con inspiración y torería la pañosa, ante el limitado “gas”
de bravura del burel. El espadazo ligeramente desprendido valdría para la concesión
de la oreja, mismo premio que alcanzaría en el que cerró plaza, otra labor con
altibajos, donde de nuevo la solvencia y especial resolución a las embestidas
cortas y poco humilladas del animal valieron para que nuevamente la seguridad
con la espada, otra vez ligeramente desprendida, fue salvoconducto para la
postrera oreja del festejo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román
Eduardo Sandia” de Merida.
Sabado 1º marzo de 2025. I Corrida
la Feria del Sol 2025.
Con poco más de media plaza (7000
personas aproximadamente), en tarde soleada y con ligeras ráfagas de viento, se
han lidiado toros de la ganadería falconiana de SAN ANTONIO (Edgar Varela),
en su conjunto correctos de presentación, nobles en distinto grados, pero a
menos y faltos de raza y casta en la muleta, sin sacar peligro.
Pesos: 435, 440, 452, 467, 480 y 430
kilos
SEBASTIÁN CASTELLA (azul marino y oro con cabos blancos),
oreja y palmas tras dos avisos.
MIGUEL ÁNGEL PERERA (nazareno y oro con cabos blancos),
oreja y dos orejas.
ANTONIO SUÁREZ (blanco y oro con cabos blancos),
oreja en ambos toros.
Incidencias: Destacaron en las banderillas José
Chacón y Carlos Pizutto en el 1º, y Fabian Ramírez y de nuevo Pizutto en el 4º,
a las órdenes de Castella; Jesús Diez de la cuadrilla de Perera en el 2º y Abrahán
Graterol en el 3º. En la brega destacaría asi mismo José Chacón y Gersón Guerrero.
*** Previo al festejo fue coronada la Reina Taurina por parte de las autoridades
de plaza y empresas de turno. *** Presidió con solvencia y criterio ajustado,
la Lic. Clarissa Garbati de Picón. *** Antes del festejo fue paseada por las
distintas escuelas de flamenco asi como devotos de la Virgen de Rocío su imagen,
como de la misma, en manos del Cardenal Baltazar Porras Cardoza, la imagen del
nuevo santo venezolano, San José Gregorio Hernández.
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