Victorino
Martín intervino esta semana en Sevilla el I Congreso Hispano-Luso de Ganadería
Extensiva, donde alertó de los peligros del animismo.
En la ponencia que pronunció en la primera jornada
del I Congreso Hispano-Luso de Ganadería Extensiva, Victorino destacó: “Esta
nueva forma de vida que nos quieren imponer desde el mundo anglosajón significa
destruir lo que somos, nuestra esencia. Pretenden igualar en derechos a los
hombres con los animales. Pero eso no es posible porque los animales no tienen
obligaciones".
"El mundo mediterráneo está basado en la
relación del hombre con los animales y la corrida de toros no deja de ser una
de las grandes expresiones del mundo y la cultura mediterránea” continuó el
criador de bravo, que había sido presentado por el matador de toros sevillano
Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’.
El ganadero mostró su “preocupación” ante los
ataques al ganado vacuno “como productor del efecto invernadero” y ha abundado
en que el mundo del toro es “la punta de lanza en la lucha de todo lo que
vendrá detrás” y ha dicho que “si algún día consiguen acabar con los toros todo
lo demás vendrá después”, aludiendo a la práctica de la caza, el consumo de
carne, leche y huevos y hasta la utilización de los caballos.
También se refirió a un grupo político del
Parlamento Andaluz, sin ponerle nombre, que “ha instado a que se impida la
entrada o participación de los menores de 18 años en los espectáculos taurinos
sin despreciar que en un futuro se dejara de utilizar cualquier producto de
origen animal para la alimentación humana”.
Esa fue la parte más reivindicativa de una
ponencia en la que el ganadero analizó la actual realidad de la cría del toro
bravo, al que definió, junto al caballo español, como una “seña de identidad”
de la producción agraria y “los productos estrella” del ganado extensivo en la
Península Ibérica.
El criador de los ‘victorinos’ recordó que el 30%
de la superficie adehesada de España está ocupada por ganado de lidia aunque
alertó de los cambios de los modos de producción que están afectando a la
extensión de las explotaciones. Esa reducción de espacio que el ganadero
definió como una progresiva “intensificación”, ha supuesto novedades en el
manejo del toro que ahora debe ejercitarse para prepararse para la lidia.
“La raza de lidia es una de las grandes joyas
genéticas que tiene nuestra cabaña de vacuno”, afirmó el criador aclarando que
la de lidia “no es una raza en sí misma sino un ‘pull’ de razas”. “Lo que
denominamos encastes son razas en sí mismas y la distancia genética entre
algunos supera el 30%”, desveló Victorino Martín alertando de que en la
actualidad “hay núcleos genéticos en peligro de extinción e incluso que ya
están desapareciendo”. / COPE SEVILLA
No hay comentarios:
Publicar un comentario