miércoles, 6 de agosto de 2025

El agosto taurino que se nos fue de los andes venezolanos


Numerosas eran las poblaciones del Táchira y Mérida que por estos días programaban toros en su fiestas patronales. Hoy es solo un recuerdo, en vísperas de mejores tiempos.
Táriba, el ultimo bastión de lo que en una época fue todo un circuito de ferias en los principales pueblos andinos. Foto: “Cucú” Rincones
 
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
 
Para nadie es un secreto que la fiesta brava en el país ha tenido un declive muy marcado, a tal punto que testimonial es su presencia actualmente. De plazas de temporada como en su momento fueron Valencia y Maracay en el centro del país, solo quedan de esta su recuerdo, inactivas por la actitud antitaurina de las principales autoridades gubernamentales, y si sobrevive la provincia de la periferia de estos estados es por iniciativa de aficionados que lejos de dejar morir la afición, la mantienen con ese halo de desinterés propio del mecenas que de la misma manera ha desaparecido de estos predios.
 
Este lunes salía a la palestra el cartel del que podría ser el único festejo de la Feria de la Virgen de la Consolación en Táriba, la cara visible de lo que fue el gran circuito de ferias andinas que contaban con una decena de poblaciones entre las puntuales a escenificarse estos días. La Grita, Seboruco, Lobatera, Bailadores, Santa Cruz de Mora, Michelena, por mencionar alguna eran citas que calentaban la previa a las ferias de septiembre como lo fueron la de Tovar y Barquisimeto, la primera de estas este año a modo de fiesta privada, pues nula ha sido su promoción, algo que no extraña, a tenor de los intereses que se manejan de ella hace tiempo, y que la están convirtiendo en un mero espectáculo para un grupo familiar particular que la tiene secuestrada y aislada. De Barquisimeto, una pena que por intereses políticos hayan acabado primero la plaza, y luego la afición, fruto de ese aislamiento que la fiesta brava hace de su entorno y que termina pasando factura.
 
A todas estas, es bueno señalar que el lio del toro no es fácil desde el punto de vista económico ni en Venezuela ni en el resto de países del orbe taurino. El ejemplo es por ejemplo el panorama de Colombia, desolador y triste. Es un espectáculo con muchos elementos en contra para su organización, empezando por el desconocimiento de las propias autoridades municipales, que a modo a las tendencias animalistas, se han dejado manipular por “el qué dirán” de estos grupos de 4 o 5 tarifados de este lobby que se aparecen a lo que escuchan algún evento de índole taurino, para quienes poco o nada les importa el presente y futuro del toro bravo en Venezuela, o los esfuerzos que nuestros pocos toreros hacen por fuera de nuestras fronteras para mantenerse como profesionales de esto; para ellos solo es seguir una línea y directriz que viene calcada y estudiada desde hace largo rato, ante la pasividad del mismo sector taurino.
 
El ver por ejemplo como todos estos pueblos de la geografía nacional se han borrado del panorama taurino nacional es de tomar muy en cuenta, pues representan con el tiempo, menor demanda de todo lo que abarca la organización de un festejo taurino (toros y toreros), por poner un ejemplo de los principales ejes de este engranaje que de la misma manera se complementa con un largo etc de puestos de trabajo.
 
Por los momentos que nos toca, solo queda esperar, y ver que nos trae el futuro más inmediato, cuando a poco menos de 193 días no sepamos nada de lo que sería la Feria del Sol de Mérida 2026 (del 14 al 16 de febrero próximo), o por ejemplo lo que depare un par de semanas antes la Feria de San Sebastián en San Cristóbal. A vista de esas fechas, ya en otros tiempos se asomaban cosas, que en los actuales momentos no se ven con toda claridad, a la espera de lo que suceda dentro de poco menos de un mes en la fiesta privada que tienen en Tovar como feria…
 
Marbella colocará el ‘No hay billetes’ en su corrida televisada ‘de Los Candiles’ de este viernes
 
La plaza de toros de Marbella va camino de agotar la venta de su aforo para la corrida nocturna del día 8. La presencia de Morante en un cartel muy bien pensado y rematado (Juan Ortega y Pablo Aguado con toros de Garcigrande ante las cámaras de Canal Sur Televisión) han ayudado a este éxito. Pero los éxitos se logran apostando y dando con las claves de una Marbella que brilló hace unas décadas en el toreo veraniego social de la Costa del Sol. Cerrar una plaza y abrirla, cuesta. Cuesta mucho más lograr situarla arriba. Al César lo que es del César y por tabanco al Ayuntamiento lo que es suyo y a la empresa Arenal Marbella Toros, lo que le pertenece.
 
La provincia de Málaga ofrecía a principio de siglo actual unos 100 festejos mayores. Basándose sobre todo en las situadas en la Costa del Sol. Málaga daba 14 festejos. Pero es que Benalmádena celebraba 22 eventos mayores, 12 en Fuengirola, 6 en Puerto Banús y 7 en Marbella. Había un contexto turístico, social y popular que se trabajaba de tal forma que los toros eran lugar de cita y entretenimiento de todo tipo de públicos. El local, salido de los centros de los pueblos de arraigo marinero, el público veraniego de españoles de todos los lugares, el público extranjero y, como reclamo, la aportación mediática de la llamada ‘jet set’.
 
Esa macedonia de público fue manejada en un buen ambiente y trato, de tal forma que las figuras del toreo recorrían esas plazas en donde había equilibrios de precios, equilibrios de cachés y presupuestos, toda vez que el toro era el que era. El que fue siempre porque cada contexto tiene su toro. Sumando el desprecio de la crítica a ese toreo y a ese toro de costa, los mensajes antitaurinos que colonizaron a políticos y medios, cierta desidia taurina en dejar pasar los días sin meter mano a lo que se iba y los cambios de ocio y transformaciones sociales, dieron con un resultado lamentable: Málaga pasó de sumar más de 100 festejos anuales a celebrar unos 32 al año.
 
Por estas razones de calado social y hasta cultural, el éxito de Marbella al acabar el papel en medio de una sociedad que vivió a espaldas de los toros casi una década, es un logro virtuoso de recuperación de un espacio propio identitario. Las corridas de toros de la costa del verano. La celebración de ‘candiles’ nocturnos sumará a gentes de toda condición, desde los venidos de los barrios del y las placitas del centro de Marbella pueblo a los más cosmopolitas que turistas, a aficionados que se desplazarán a ver un cartel de categoría que promete toreo del bueno.
 
Solo arriesgando y apostando se recuperan esos espacios y contenidos que dan identidad a los pueblos y a los lugares. Hacerlo sin complejos y aguantando el tirón de los primeros años para crecer poco a poco. Recuperar plazas como las de Marbella, Benalmádena y algunas de proximidad de espacio, debería ser, además de una obligación, una muestra de la inteligencia político empresarial y una búsqueda de recuperar las raíces de lo que somos. De lo que es Málaga; sol, mar, toros, turistas, gastronomía, relaciones, tradiciones. Arraigo… Al César lo que es del César y a Ayuntamiento y empresa Arenal, lo suyo. / MUNDOTORO

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