Numerosas
eran las poblaciones del Táchira y Mérida que por estos días programaban toros
en su fiestas patronales. Hoy es solo un recuerdo, en vísperas de mejores
tiempos.
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Táriba, el ultimo bastión de lo que en una época fue todo un circuito de ferias en los principales pueblos andinos. Foto: “Cucú” Rincones |
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Para nadie es un secreto que la fiesta brava en el
país ha tenido un declive muy marcado, a tal punto que testimonial es su presencia
actualmente. De plazas de temporada como en su momento fueron Valencia y
Maracay en el centro del país, solo quedan de esta su recuerdo, inactivas por
la actitud antitaurina de las principales autoridades gubernamentales, y si sobrevive
la provincia de la periferia de estos estados es por iniciativa de aficionados que
lejos de dejar morir la afición, la mantienen con ese halo de desinterés propio
del mecenas que de la misma manera ha desaparecido de estos predios.
Este lunes salía a la palestra el cartel del que podría
ser el único festejo de la Feria de la Virgen de la Consolación en Táriba, la
cara visible de lo que fue el gran circuito de ferias andinas que contaban con
una decena de poblaciones entre las puntuales a escenificarse estos días. La
Grita, Seboruco, Lobatera, Bailadores, Santa Cruz de Mora, Michelena, por
mencionar alguna eran citas que calentaban la previa a las ferias de septiembre
como lo fueron la de Tovar y Barquisimeto, la primera de estas este año a modo
de fiesta privada, pues nula ha sido su promoción, algo que no extraña, a tenor de
los intereses que se manejan de ella hace tiempo, y que la están convirtiendo en
un mero espectáculo para un grupo familiar particular que la tiene secuestrada
y aislada. De Barquisimeto, una pena que por intereses políticos hayan acabado
primero la plaza, y luego la afición, fruto de ese aislamiento que la fiesta
brava hace de su entorno y que termina pasando factura.
A todas estas, es bueno señalar que el lio del
toro no es fácil desde el punto de vista económico ni en Venezuela ni en el resto
de países del orbe taurino. El ejemplo es por ejemplo el panorama de Colombia,
desolador y triste. Es un espectáculo con muchos elementos en contra para su organización,
empezando por el desconocimiento de las propias autoridades municipales, que a
modo a las tendencias animalistas, se han dejado manipular por “el qué dirán”
de estos grupos de 4 o 5 tarifados de este lobby que se aparecen a lo que
escuchan algún evento de índole taurino, para quienes poco o nada les importa
el presente y futuro del toro bravo en Venezuela, o los esfuerzos que nuestros
pocos toreros hacen por fuera de nuestras fronteras para mantenerse como profesionales
de esto; para ellos solo es seguir una línea y directriz que viene calcada y
estudiada desde hace largo rato, ante la pasividad del mismo sector taurino.
El ver por ejemplo como todos estos pueblos de la geografía
nacional se han borrado del panorama taurino nacional es de tomar muy en
cuenta, pues representan con el tiempo, menor demanda de todo lo que abarca la organización
de un festejo taurino (toros y toreros), por poner un ejemplo de los principales
ejes de este engranaje que de la misma manera se complementa con un largo etc
de puestos de trabajo.
Por los momentos que nos toca, solo queda esperar,
y ver que nos trae el futuro más inmediato, cuando a poco menos de 193 días no
sepamos nada de lo que sería la Feria del Sol de Mérida 2026 (del 14 al 16 de
febrero próximo), o por ejemplo lo que depare un par de semanas antes la Feria
de San Sebastián en San Cristóbal. A vista de esas fechas, ya en otros tiempos se
asomaban cosas, que en los actuales momentos no se ven con toda claridad, a la
espera de lo que suceda dentro de poco menos de un mes en la fiesta privada que
tienen en Tovar como feria…
Marbella colocará el ‘No hay billetes’ en su
corrida televisada ‘de Los Candiles’ de este viernes
La plaza de toros de Marbella va camino de agotar
la venta de su aforo para la corrida nocturna del día 8. La presencia de
Morante en un cartel muy bien pensado y rematado (Juan Ortega y Pablo Aguado
con toros de Garcigrande ante las cámaras de Canal Sur Televisión) han ayudado
a este éxito. Pero los éxitos se logran apostando y dando con las claves de una
Marbella que brilló hace unas décadas en el toreo veraniego social de la Costa
del Sol. Cerrar una plaza y abrirla, cuesta. Cuesta mucho más lograr situarla
arriba. Al César lo que es del César y por tabanco al Ayuntamiento lo que es
suyo y a la empresa Arenal Marbella Toros, lo que le pertenece.
La provincia de Málaga ofrecía a principio de
siglo actual unos 100 festejos mayores. Basándose sobre todo en las situadas en
la Costa del Sol. Málaga daba 14 festejos. Pero es que Benalmádena celebraba 22
eventos mayores, 12 en Fuengirola, 6 en Puerto Banús y 7 en Marbella. Había un
contexto turístico, social y popular que se trabajaba de tal forma que los
toros eran lugar de cita y entretenimiento de todo tipo de públicos. El local,
salido de los centros de los pueblos de arraigo marinero, el público veraniego
de españoles de todos los lugares, el público extranjero y, como reclamo, la
aportación mediática de la llamada ‘jet set’.
Esa macedonia de público fue manejada en un buen
ambiente y trato, de tal forma que las figuras del toreo recorrían esas plazas
en donde había equilibrios de precios, equilibrios de cachés y presupuestos,
toda vez que el toro era el que era. El que fue siempre porque cada contexto
tiene su toro. Sumando el desprecio de la crítica a ese toreo y a ese toro de
costa, los mensajes antitaurinos que colonizaron a políticos y medios, cierta
desidia taurina en dejar pasar los días sin meter mano a lo que se iba y los
cambios de ocio y transformaciones sociales, dieron con un resultado
lamentable: Málaga pasó de sumar más de 100 festejos anuales a celebrar unos 32
al año.
Por estas razones de calado social y hasta
cultural, el éxito de Marbella al acabar el papel en medio de una sociedad que
vivió a espaldas de los toros casi una década, es un logro virtuoso de
recuperación de un espacio propio identitario. Las corridas de toros de la
costa del verano. La celebración de ‘candiles’ nocturnos sumará a gentes de
toda condición, desde los venidos de los barrios del y las placitas del centro
de Marbella pueblo a los más cosmopolitas que turistas, a aficionados que se
desplazarán a ver un cartel de categoría que promete toreo del bueno.
Solo arriesgando y apostando se recuperan esos
espacios y contenidos que dan identidad a los pueblos y a los lugares. Hacerlo
sin complejos y aguantando el tirón de los primeros años para crecer poco a
poco. Recuperar plazas como las de Marbella, Benalmádena y algunas de
proximidad de espacio, debería ser, además de una obligación, una muestra de la
inteligencia político empresarial y una búsqueda de recuperar las raíces de lo
que somos. De lo que es Málaga; sol, mar, toros, turistas, gastronomía, relaciones,
tradiciones. Arraigo… Al César lo que es del César y a Ayuntamiento y empresa
Arenal, lo suyo. / MUNDOTORO
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