Todo ello ante un lote muy a menos
en cuanto a juego se refiere de la ganadería caroreña de Los Aránguez.
RUBEN
DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos:
Federico Montes
La
corrida del hierro de Los Aránguez en la primera función de la edición de este
año de la Feria del Sol ha dejado mucho que desear en cuanto al juego se
refiere. Decía el gran maestro Pepe Alameda, que los toros no tienen palabra de
honor, y vaya que los pupilos de don Jesús Riera no llenaron las expectativas tejidas,
esas que tenían tanto toreros como quienes casi coparon más de media plaza de
aforo cubierto, en tarde ventosa y fría mediado el festejo.
Sería
una tarde desapacible, tanto en lo artístico como en lo que a final quedaría en
la retina de quienes tuvimos presentes, donde lo más interesante recaería en
las manos del diestro madrileño Francisco de Manuel, quien a la postre cortaría
la única oreja de la función, tras una labor de empeño y temple, colofonada con
un espadazo fulminante. El Fandi reapareció de su operación de columna lumbar
cumpliendo su papel de torero de banderillas, pues en la muleta, tanto por los
toros, como por la disposición del mismo torero quedaron en el debe. Mientras
el debutante José Antonio Valencia, dejaría ir por la espada posible trofeos
auriculares, en labor de variedad y entrega ante el público.
La
tarde la abrió la esperada reaparición de El Fandi, torero idolatrado en este
ruedo, el cual se toparía con par de ejemplares que pocas opciones dieron al atlético
espada que solo luciría en banderillas su particular tauromaquia, pues ni con
el capote ni micho menos con la muleta estuvo al nivel de las expectativas
tejidas. Fue que tampoco tuvo materia prima de lucimiento, animales que luego
de los impecables puyazos en lo alto de su joven piquero se tornarían apagados,
sin alma ni motivo para transmitir emoción alguna. En ambos se le silenció, y a
fe que ya es hora que podamos ver otras opciones de toreros de este corte, que
los hay, y en especial les hace fiesta a todo tipo de toros, incluso aquellos
como los que ayer le correspondió el mencionado coleta granadino.
Lo
más artístico de la función vino en las manos de un templado Francisco de
Manuel, el cual no escapó del infortunio de caer en sus manos par de astados de
escasas opciones, donde lo que les faltaba en sus embestidas lo colocó el
espigado torero madrileño. Asi sucedió ante su primero del lote, animal el cual
a base de mucho temple y firmeza, supo sacarle partido, en especial por el lado
derecho, donde se jactó de par de series de meritoria expresión. Pero lo mejor
vino en una tanda por naturales, donde se rompió el torero en llevar largo y detrás
de la cadera las remolonas embestidas del animal. Una pena que dos pinchazos y
cinco descabellos dejaron su esfuerzo en tímido reconocimiento.
Nuevamente
se la jugó con el quinto, animal fuera del tipo de lo que es esta ganadería, alto
y bastote, el cual llevaría con suavidad con el capote, para asi mismo cuidarle
en varas, y luego en la muleta, de nuevo hacer gala de una firmeza y
conocimiento de distancia y toques para no quebrantar más de lo debido las irregulares
embestidas de un animal que le exigió sitio y el bagaje de quien esta puesto en
la cara del toro. El espadazo en lo alto, ligeramente tendido dio opción esta ocasión
a la concesión merecida de una oreja, la única del festejo.
La
presentación en suelo nacional del joven y menudo torero carabobeño José Antonio
Valencia, no estuvo exenta del desencanto de ver como por el errático uso de la
espada se le iba un posible triunfo. Valor y entrega a raudales sacó a relucir
el ultimo eslabón de la dinastía Valencia, ante dos toros que no le colocaron fáciles
las cosas, como lo fue su primero, otro toro que luego del único puyazo
recetado se vendría a menos, lo que motivó a que lo que les faltaba a estas embestidas
lo colocara José Antonio, al que se le nota el verdor de sus ansias y deseos de
figurar en esta durísima profesión.
Como
veníamos diciendo, en ambos toros hizo méritos para “tocar pelo” si no es por
el errático uso de la espada, materia que tiene pendiente para no pasar fatigas
ante astados de más complicada opción.
Salíamos
de la plaza un poco cabizbajos. El elemento toro, fundamental en esta fiesta nos
dejaba con las ansias de haber visto un poco más que simples detalles, esos que
para muchos quienes estuvimos en la plaza pasan desapercibidos. Muchas veces los
que se convierten en contenido y centro de una crónica como esta.
FICHA DEL
FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román
Eduardo Sandia” de Merida
Sábado 10 de febrero de 2024. I corrida
de feria
Con poco más de media plaza (aproximadamente
9 mil personas), en tarde entoldada y fría, con ráfagas de viento, se han
lidiado seis toros de la ganadería LOS ARÁNGUEZ (Jesús Riera), en su conjunto
descastados, rajados, parados, y a menos en su conjunto.
Pesos: 430, 530, 453, 453, 444, 476
y 443 kilos.
“EL FANDI” (Berenjena y oro con cabos blancos):
Silencio en ambos.
FRANCISCO DE MANUEL (Azul marino y oro con remates
blancos): Silencio tras aviso y oreja.
JOSÉ ANTONIO VALENCIA (Blanco y plata): Palmas tras aviso
en ambos.
Incidencias: Entre las cuadrillas destacaron
las varas de Manuel Sánchez, de la cuadrilla de El Fandi, y Carlos Álzate en la
cuadrilla de Francisco de Manuel, y en la brega José Linares “El Yoni”. *** La
corrida comenzaría con el retraso de 45 min de la hora estipulada. *** Presidió
festejo el Dr. Frank Castillo Salazar, sin eventualidades en el curso del
festejo.
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