Con un total de 19 orejas, tres
indultos, 5 toreros por la puerta grande, asi se puede resumir numéricamente lo
acontecido el pasado sábado, domingo y lunes. Lamentablemente el exceso de
generosidad a la hora del reparto de trofeos, asi como lo delicado y disminuida
del estado de nuestra cabaña brava nacional pone en alerta a más de uno de quienes
nos duele el estado actual de nuestra fiesta brava, el cual viene muy lentamente
recuperándose.
Alejandro Talavante, entre los destacados, llevándose su primero Sol de Oro 2024. Foto: Federico Montes |
RUBEN
DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Ha
sido la feria que muchos esperaban desde el punto de vista del nivel que se ha
visto. En las soleadas tres tarde de toros que tuvo como epicentro la ciudad de
Merida, se vio de todo, desde lo excelso a lo regular. Al final, el público
dictó sentencia, pero muchas veces se consideró de forma generosa y excesiva su
premiación. Eso es la Feria del Sol desde hace ya varios años, escenario de una
fiesta tergiversada por premiar en demasía lo que muchas veces raya casi en el ridículo,
para luego no ser tomado en cuenta al momento de la premiación oficial, donde
de la misma manera (como en este caso), no del todo se juzga en realidad lo que
en el ruedo sucedió.
Analizaremos
lo que ha sido este año la edición del “Carnaval Taurino de América” en dos capítulos
muy específicos: toreros, toros y palco presidencial, además del otras generalidades,
que bien vale la pena señalar. Asi que comencemos…
TOREROS
Plantilla
muy variada la que ha tenido lugar darse cita para este año en Merida. Esfuerzo
a reconocer de parte de las empresas haber logrado amalgamar carteles que bien
pueden estar en cualquier feria no solo venezolana, sino del resto de la América
taurina.
Es
el caso de haber apreciado una nueva lección de torería de toreo por parte de
Alejandro Talavante, el cual con cuatro orejas (dos de ellas generosas, era de
oreja por toro) se alzaría con el máximo trofeo ferial, que bien puede trascender
el hecho fuera de nuestras fronteras. Claridad de ideas, planteamiento correcto
de lidias, y en especial, contar y entender los toros que le cupo en suerte, le
hizo estar mucho más artístico y variado que todos sus demás compañeros en la
feria.
Otro
qué destacaría sobremanera fue Daniel Luque, quien para mi concepto tuvo en su
manos lo más meritorio y artístico de la presente edición, ante toros a contra
estilo, a los que supo dar una lidia acorde a sus opciones, en especial con ese
interesante sobrero de regalo del hierro de Juan Bernardo Caicedo donde se observó
al Luque que todos queríamos disfrutar.
“El
Fandi” por su parte se le agradece el gesto de haber reaparecido en Merida, una
plaza que sabe y le conoce sus cualidades, pero para ser sinceros, ya está muy
visto, consideramos que hay otras opciones de toreros en el mismo corte, y que
bien valdría la pena darles opción a otros espadas de justificarse en nuestro
ruedo.
Una
pena que la actuación de Francisco de Manuel no haya tenido el acompañamiento de
toros a modo para dejarse ver un poco más de lo que tuvo ocasión, en gran parte
por el tipo de toro que tuvo que pechar. Una oreja, tal vez haya sido poco saldo,
pero justificado para lo que enfrentó el espigado coleta madrileño.
Todo
un suceso la presentación del novillero Marco Pérez, la gran apuesta del Dr. José
Luis Rodríguez en la feria, y a fe que no falló. Y para ello contaría con par
de novillos muy bravos, nobles y con recorrido para hacer par de faenas “soñadas”,
ante la entrega unánime de los presentes. Ha sido un “tacazo” donde el público
y aficionado ha salido satisfecho por las cualidades innatas de este joven
prodigio del toreo que las dejaría manifiestas en el ruedo y exaltadas en su máxima
expresión. Lo del indulto a sus dos novillos raya un poco en lo inverosímil, justificándose
tal vez el juego de su primero, pero en su segundo, claramente fue un arrebato “pasional”
del palco presidencial, algo ya acostumbrado y nada raro para quienes quieren
llevarse los titulares por una u otra razón.
En
cuanto a toreros venezolanos, no hay duda que el protagonismo se lo llevan los
espadas Jesús Enrique “Colombo” y Antonio Suárez, otro de los aciertos de la
empresa, por colocar tal vez los mejores espadas nacionales en los actuales
momentos. Lo de “Colombo” es ratificar el sitial como el torero más en forma y dispuesto
de la baraja nacional, contando con la espada como su mejor aliada para cortar seis
orejas (dos de ellas simbólicas tras discutido indulto) en la que asi mismo las
banderillas, capa y muleta han jugado rol protagónico para de nuevo ganarse el
respeto, cariño y consentimiento de la afición merideña. Al final en la premiación
se le reconoció como premio consolación de mejor torero venezolano, cuando cortaría
más orejas que ningún torero en la feria.
Una
pena que la espada le haya truncado un triunfo a plenitud, fue la actuación del
matador Antonio Suárez, quien por su manos correría uno de los hechos a cargo más
artístico de la feria, lo que muestra la evolución y buen camino que está llevando
este joven espada, médico de profesión, pero con un sentimiento y expresividad
en su toreo, que vale la pena de nuevo verle con toros de mejores opciones, y
en especial más rodado.
El
más nuevo de los espadas actuantes fue el carabobeño José Antonio Valencia,
quien en el verdor de su aun corto rodaje, no desentonó de ninguna manera en el
compromiso que significaba verse ante el juicio de una afición que le esperaba.
La espada le quitó la posibilidad de “tocar pelo” en cada uno de sus astados,
lo que es materia pendiente, pero allí quedó la semilla para verle en otras plazas,
con el rodaje y la madurez que da el tiempo y el toro en la plaza.
Cierra
apartado el rejoneador Francisco Javier Rodríguez, el cual cortaría una oreja
ante un mansurrón que embestía por arreones de Los Marañones, pero donde de
verdad estuvo meritorio al triunfo fue ante el toro de El Prado que despachó,
fallando con los aceros lo que pudo haber sido una actuación de mucho peso y
solvencia, como lo dejó manifiesto. Sin duda alguna, el máximo y único exponente
del toreo a la jineta en nuestro país en los actuales momentos.
LOS TOROS…
Apartado
supremamente importante este, pues es la base del éxito y triunfo de una feria,
cualquiera que se aprecie de importante. Para esta ocasión en dos de las tres
fechas se apostó por ganado nacional de las divisas de Los Aránguez y Rancho
Grande / El Prado, asi como un encierro colombiano de Juan Bernardo Caicedo. Cada
una con sus matices, dejaría el momento que atraviesa, y eso a final se traduce
en casi el que atañe a la cabaña brava nacional, en el caso de las primeras.
Por
ejemplo, Los Aránguez se ha traído desde Carora astados dispares de presentación,
que luego de su paso por el caballo, literalmente quedaron como unos
marmolillos. Mucho hicieron los toreros en lucirlos poco más en la muleta, si
para tal efecto, la casta, la chispa, la emoción en el trapo rojo, no hubo nada
de ello. De esos toros que se venían a más en la muleta solo su recuerdo, de allí
que debe reflexionar don Jesús Riera como solventar esta situación.
Situación
similar para las divisas de la casa Molina Colmenares como son Rancho Grande y
El Prado, el cual dejaron mucho que desear en cuanto a presencia y en especial
juego, pues literalmente vienen con un acrecentado nivel de descastamiento que está
colocando en serios aprietos quienes llevan sus destinos. El ejemplo fehaciente
es el hecho de haberse picado sobre mínimo, incluso rozando en el simulacro del
mismo, para intentar que los mismos llegaran con un poco de fuerzas y recorrido
al tercio final. En definitiva, mucho que trabajar y seleccionar de cara al futuro,
que siendo una de las ganaderías de bravo más importante del país es palabras
mayores.
Y
cerramos con el paso de la ganadería colombiana de Juan Bernardo Caicedo, el
cual se convirtió en protagonista absoluto en este apartado, tras la presentación
y juego que algunos de sus ejemplares ofrecieron en el ruedo emeritense. Marcó diferencia
notablemente por trapío (sin ser cosa del otro mundo, pero sí con lo mínimo que
debe exigirse en esta plaza) y por el juego encastado, de exigencias para el
torero, que impone respeto y emoción al torero y al aficionado, que de esto es
lo que se trata, destacando el juego del bravo novillo «Aplicado» Nº 460 de 400
kilos (primero del lote de Marco Pérez) para mi concepto el mejor de la feria y
de muchos de los demás ejemplares que saltaron a la arena este año en la monumental
merideña.
Lo
que hay que censurar es el mal y evidente trato con “barbero” que han tenido la
mayoría de ejemplares a lo largo de la feria, sin duda, algo de mucha pena y vergüenza
que tiene como elementos motivadores los mismos representantes de los toreros
como de las propias autoridades de plaza, que permiten este descarado fraude el
cual es inevitable, pero por lo menos con un poco más de decoro y menos evidente.
¡¡¡Dígase la verdad, aun cuando sea
motivo de escándalo!!!
Continuará…
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