El espada
extremeño cortaría tres orejas en tarde donde dejaría cátedra de buen toreo en
ambos toros despachados. *** Una oreja de peso para “El Pino” y otra de consolación
para De Manuel en el que cerró plaza, quien pecharía lo menos potable de un
encierro discreto en cuanto a presentación del hierro de Campolargo.
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos:
Federico Montes
SAN CRISTÓBAL
(Enviado Especial).- El último capítulo de esta edición ferial no ha tenido
altercado alguno a tenor que ya lo encrespado del serial había pasado de largo.
Los toros del hierro colombiano de Juan Bernardo Caicedo nunca llegaron a
Pueblo Nuevo, lo que hizo que la empresa de turno echara mano de un encierro anovillado
e irregularmente presentado de la vacada yaracuyana de los Herederos de
Campolargo a última hora. Los toreros no objetaron el cambio en razón del
momento bueno que atraviesa el mencionado hierro, pero esta improvisación no se
puede tolerar en una plaza y una feria de rango internacional, donde todas las
miradas están centradas en ella.
Menos público que el día anterior, pero el
ambiente era de sumo interés por ver un torero que el año pasado había dejado en
este mismo ruedo gran ambiente y sobre todo se ha convertido para el taurino entendido
en un espada de culto. Me refiero a Emilio de Justo, el cual no defraudó a las
expectativas tejidas en sus formas y maneras de hacer e interpretar el toreo.
En corto y en la mano, como decía el maestro
Chenel, así lo vio claro De Justo ante el segundo de la función, noblote
ejemplar, el cual supo entender distancias, terrenos y alturas para potenciar las
bondades en su embestidas, las que por la mano derecha y por la zurda
hilvanaron una faena compacta, modélica y pulcra, a tal punto de hacer ver
mejor de lo que era al mencionado «Prestigioso»,
el cual bordó en capote, muleta, y en especial, el soberbio volapié en toda la “yema” con la que le despachó a las
mulillas, para de manera unánime concedérsele la dos orejas, las que abrieron de
una, el derecho a salir por la Puerta Grande.
Por la Puerta Grande Emilio de Justo |
Pero fue que la cosa no quedaría solo acá. De nuevo
todo su amplia técnica y entregado toreo se puso de manifiesto frente al
quinto, animal de embestida mucho más propicia para rebosarse en el toreo fundamental
como en el accesorio, ese que puso a toda la plaza de acuerdo y con la vena de
estar presentes ante lo más meritorio y artístico del serial sancristobalense. Las
entradas entre tandas y los remates con los forzados de pecho fueron una
pintura así como una exaltación al toreo bueno y puro, ese que pone a todos de
acuerdo sin aspavientos. Una pena que haya pinchado sin soltar al primer viaje,
para luego dejar tres cuartos de ración ligeramente desprendidos, para de la
misma forma, y de justa manera, con una oreja se le premiara. Tres orejas en su
esportón que devolvieron a su lugar por qué el toreo puro se impone por encima
de criterios errados, y donde ratifica el hecho que solo el toro coloca a cada quien
en su sitio.
Una oreja de la misma manera se “trabajó” Marcos Peña “El Pino”, a quien no se le estaban
dando de calle las cosas ante el descastado lote que había pechado en su haber.
Lo hizo presente al cuarto, animal al que hubo de esperársele mediada labor,
por la derecha, cuando el torero metió en vereda las flojas, ásperas e
incomodas embestidas del astado. Firmeza y en especial, claridad de ideas las
que tuvo que echar mano Pino para de esta manera dejar a todos de acuerdo con
el corte de una oreja, tras colocar en buen sitio tres cuartos de acero, que
valieron para que la pañolada en la plaza se hiciera manifiesta.
El Pino |
En el que abrió plaza pocas opciones tendría, ante
las engorrosas y cambiantes embestidas del burel, ese mismo que con “aliño” supo despachar de tres cuartos
de acero y un descabello.
El lote más complicado del envío que se trajo doña
Carmen Rosa Campolargo fue el que caería en suerte a Francisco de Manuel, en su
estreno, en el ruedo donde su padre Manolo Fuente tomaría alternativa a
mediados de los ’80. Su primero de la tarde lo corto del recorrido hizo que por
más que lo intentara en vano fue posible que el anovillado bicho le permitiera
lucirse con naturalidad por ambas manos. Los tres cuartos de espada tendidos
por lo menos le despacharon sin pena ni gloria, como de la misma manera le sucedería
en el que cerró plaza, aquerenciado dije, que estuvo protestando y esperando a
torero y peonaje, lo que hizo de esta una lidia densa y voluntariosa por el
derecho e izquierdo pitón, alargando más de la cuenta donde no había opción a
destacar.
Francisco de Manuel |
Aun así el espadazo entero y contrario que recetaría
le valió para que don Álvaro Moros le concediera una oreja, la última que
cerraba el capítulo ferial de este año en la arena de Pueblo Nuevo, a la espera
que vengan tiempos mejores y sobre todo, la cordura y sindéresis vuelva a
reinar entre quienes tienen la responsabilidad de mantener la categoría y
sitial de plaza de primer nivel la de la capital tachirense.
FICHA DEL
FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Hugo Domingo
Molina” de San Cristóbal.
Sábado 28 de enero de 2023.
Con poco menos de media plaza (aproximadamente
7 mil personas), en tarde soleada, calurosa y ligeramente ventosa, se han
lidiado toros de HEREDEROS DE CAMPOLARGO (Carmen Rosa Campolargo), anovillados y
escurridos en su conjunto, escasos de remate, desiguales en cornamentas y en su
juego en la muleta, destacando por su nobleza el corrido en 5º lugar, premiado
con la vuelta al ruedo, de nombre «Embajador» N° 329 de 430 kilos.
Pesos: 460, 445, 447, 440, 430 y 430 kg.
MARCOS
PEÑA “EL PINO” (Rosa y oro con
cabos blancos), Palmas y oreja.
EMILIO
DE JUSTO (Verde botella y oro con
cabos blancos), Dos orejas y una oreja.
FRANCISCO
DE MANUEL (Grosella y oro), Silencio
y una oreja.
INCIDENCIAS: Entre las cuadrillas, destacaron los
subalternos Salvador Moreno y Gerson Guerrero en las banderillas, y en la brega
Eduardo Graterol. *** Terrible el estado del ruedo, todo una playa por lo
pesado del mismo para las lidias, así como los huecos que se hacían tras las
pisadas de los caballos de pica y los mismos toros. *** Presidió el MVZ Álvaro
Moros, más ecuánime en su criterio y rigor a la hora de la entrega de los
trofeos.
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