miércoles, 2 de abril de 2025

Ha fallecido Jesús Araujo “Castoreño”, destacado cronista taurino merideño

Víctima de una dolencia crónica
 
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
 
Sabíamos que estaba delicado de salud, pero no tan grave como para dejarnos este miércoles del plano terrenal. Fue todo un personaje de este ambiente que “tocó” todos los palos que en el toreo alguien apasionado puede albergar. Fue novillero, hombre del lio del toro, pero pasará al recuerdo como aquel que con su pluma se destacaría con el garbo y limpieza de prosa, de quien disfrutaba dejar escrito lo que pensaba de esta bella fiesta que llevaría en su corazon hasta que dejaría de latir.
 
Se trata de Jesús Alberto Araujo Contreras, conocido entre todos, amigos y conocidos como “Castoreño”, quien este miércoles a mediodía se conocía su fallecimiento en la ciudad merideña de Tovar, a la edad de 72 años, los últimos de los cuales los pasaría aquejado de una larga dolencia conocida como “gota” que incluso le había imposibilitado su deambulación. Aún así, continuaba al tanto de toda la actualidad taurina, alejado de lo que fue su pasión por más de medio siglo, primero como novillero y luego como hombre de medios, escritos, radiales e incluso televisivos en la ciudad de Mérida, donde se hizo un nombre y firma propia de sus crónicas, ese que le distinguía entre quienes tuvieron el privilegio de escribir en los principales diarios impresos que en una época hubo en la urbe emeritense.
 
Nacido en el parroquia Milla del centro de la ciudad, “Castoreño”, seria vecino de infancia de destacadas y reconocidas familias emeritenses como los Rodríguez Jauregui, Carnevali, Quintero Marquina, Rojas Bracho, Uzcátegui Araque, Rojas Ovalles e Izaguirre, iniciando su pasión por el lio del toro desde muy joven que le vendría de las placitas de toros que antecedieron a la Monumental, como las recordadas “El Carmelo” en Ejido, el Nuevo Circo de Mérida; La Cantaclaro, ubicada detrás del hoy edificio Torre de Los Andes; y La Manolete, ubicada esta última en lo que es hoy las canchas del complejo deportivo “Luis Ghersy Govea”, ruedos estos donde vería pasar novilleros destacados con el toro criollo que se toreaba en ellas, como Rafael Bordón, Moisés Ugáz, Rafael Báez, Rafael Rodríguez, Diego Monroy, Enrique Montenegro, Rafael Negrín, Marcos Contreras entre tantos que se dieron cita ante la primigenia afición merideña de comienzos de los ’60.
 
Precisamente en “El Carmelo” se presentaría actuando en público, corría el año 1968, actuando al lado de Mauro Pereira (+), Jaime Becerra, Ali Quintero, Joselito Rodríguez y Nerio Ramírez “El Tovareño”, su compadre y más ferviente defensor del coleta de la Sultana del Mocotíes, vistiéndose de luces en el llano guariqueño por vez primera, para luego hacer su presentación a comienzos de los ’70 en el ruedo monumental emeritense, un mayo de 1970. Actuaria así mismo en festejos repartidos por Barinas, y la geografía andina durante muchos años, para mediados de esa década, en el programa de don German Corredor, por Radio Universidad, “Revista de la Noche” hacer su estreno como cronista taurino, faceta de la que nunca dejaría de ser parte, y le abriría las puertas para otros medios, escritos y radiales en su mayoría en los años ’80 y ’90.
 
A propósito del mote de “Castoreño”, este vendría del hecho de encontrarse en el patio de cuadrillas del coso merideño en una Feria del Sol de finales de los ’70, al lado del recordado picador Rigoberto Bolívar “Pastoreño”, quien este a pocos minutos de comenzar la corrida, acomodando el fajín de su caballo de pica, con su castoreño debajo de su brazo, al acercársele Jesús, Rigoberto se lo coloca en la cabeza de Jesús Alberto, con la anécdota que este no le entra, exclamando Bolívar en voz alta: "¡Miren al castoreño, cómo le queda el sombrero!". Al poco se le acerca el reconocido relator taurino valenciano Federico Núñez, quien narraba las corridas para una emisora local, y le dice: "Hola, Castoreño, ¿cómo estás?", quedando el detalle para el resto de su vida, y con ello el motivo de seudónimo para sus notas taurinas.
 
Prolífica sería la presencia de Jesús Araujo “Castoreño” en los medios de comunicación, del género que fuera, principalmente escritos como lo fueron los diarios El Vigilante, La Verdad, Correo de Los Andes, Nuevo Siglo de Tovar, Meridiano y puntuales notas en Diario Frontera. Puntuales fueron sus escritos en la recordada revista Mérida Deportiva, de Luis Alberto Colls, así como numerosas revistas que se editaban por época ferial en el marco del “Carnaval Taurino de América” y Feria de Tovar, principalmente cuando ya se edificaría el Coliseo El Llano.
 
A propósito el periodista German D` Jesús Cerrada escribiría una de tantas anécdotas de Jesús Araujo “Castoreño”, entre ellas esta que abarca igualmente el estreno en el arte de la crónica de otro personaje del medio taurino merideño… «En una oportunidad se encontraba en la finca El Morichal con Don Fabio Grisolía, quien era accionista del diario Vamos de El Vigía; estaba en el grupo también Freddy Ramírez. El periódico no tenía quien escribiera las crónicas taurinas y ya se acercaba la Feria del Sol. Don Fabio le propuso al Castoreño que se encargara de las mismas, y “Castoreño” lo tomó muy en serio… En una de las corridas, donde hubo orejas y rabo, Jesús Araujo “Castoreño” se pasó de tragos, no podía con su alma, lo que hizo que le entregara unas hojas con apuntes de la poca corrida que hasta el segundo toro tenía apuntada a Freddy Ramírez “Garapuyo”, que estaba sobrio, quien ni corto ni perezoso, redactó, no sin antes algo de dificultad, lo que había ocurrido en el festejo. Bien adentrada la noche, entregaría a la redacción la crónica Freddy Ramírez, quien al verla publicada al otro siguiente dio pie a que comenzara el gusanillo de la crónica taurina igualmente».
 
A todas estas, Jesús Araujo “Castoreño” hizo de Tovar su segundo patio o casa, en especial la residencia de su compadre, “El Tovareño”, amistad que le uniría gran parte de la vida, siendo admirador y ferviente defensor indiscutible del mencionado espada, legado que pasaría a su hijo, Rafael Orellana. Esa tovareñidad si cabe más que cualquier otro que haya nacido en esta tierra, lo que le valió para en el 2018 por parte de la municipalidad Hijo Ilustre.
 
Además de la crónica taurina, Jesús Araujo “Castoreño” ejercería desde el 2011 como Médico Naturópata, donde de la misma manera le uniría a quien sería su compañera de vida, su colega y esposa, Carmen Belandria de Araujo, ejerciendo así mismo esta profesión en suelo argentino por varios años.
 
Finalmente este miércoles su cuerpo nos dejaría de este plano, pero no su recuerdo, legado ni espíritu jovial, alegre, ese quien tantas veces tuvimos la ocasión de compartir y disfrutar a través de su pluma, que se mantendrá indeleble por mucho tiempo en quienes le conocimos. Descasa en Paz mi estimado “Castoreño”.
 
Foto: Aníbal García Soteldo

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