La madrugada de este lunes
RUBEN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Triste amanecer el de este comienzo de semana, en
plena fechas prenavideñas en la ciudad de Mérida, tras enterarnos del sensible
fallecimiento, del conocido banderillero emeritense Mauro Pereira Vivas, quien venía
aquejado de una enfermedad crónica que se había exacerbado en las últimas
semanas.
Iniciador de una saga de banderilleros de primer
nivel, al igual que su hermano Giovanni, Mauro, nacido un 13 de agosto de 1949,
destacaría por el buen hacer con el capote, tras aprendidas lecciones con
maestros de la brega en el país, en su mayor esplendor, como lo fueron Carlos
Saldaña o extranjeros como Corbelles, por mencionar las referencias más
importantes, contando en sus inicios la recordada plaza ejidense El Carmelo, a
mediados de la década de los 60’, donde junto a su hermano, comenzó las andanzas
en el lio del toro hasta que en el marco de la Feria del Sol del 2012 se despediría
de la profesión en activo.
Sería Giovanni –su hermano- el que en primeras
instancias sentiría el llamado del toreo, ante los criollos que se lidiaban en
esas plazas de los pueblos andinos donde se sembraría afición para luego dar
pie a las plazas de toros monumentales actuales, época en la que compartiría ilusiones
toreriles al lado de Lurvin Blanco, Rafael Hernández, Ali Quintero, Duilio
Monsalve y Néstor Rodríguez, todos alumnos de la Escuela Taurina “Rubito de
Aragua” que regentaba don Alberto Morales.
No se vería Mauro con cualidades novilleriles desde
primer momento, optando por labores de subalterno compartiendo cartel con ya
veteranos como el caso de Alejandro Campos “Campitos”, Jesús Cordobés, Vicente
Barajas, Diego Pérez, Pepe Corona, Ángel Luis González, quienes vieron en el
joven Mauro cualidades tanto con las banderillas como el capote, herramientas básicas
de quien viste de plata en el ruedo.
Los años le darían el cartel y el bagaje para
estar presente en las cuadrillas de los más importes toreros de la década del
70, 80 y 90, hasta que a comienzos del siglo las condiciones comenzarían a
mermar no así su afición, incluso alargando más de la cuenta un retiro que
incluso le costaría en la Plaza de Toros de Mérida uno de los percances más
fuertes de su carrera, con fractura de cabeza de fémur lo que hizo desde ya
plantearse un digno retiro como ocurrió una tarde de feria del 2013, ante la
presencia de numerosos aficionados quienes le sacaron en hombros, tras el corte
de coleta que su propio hijo, el banderillero del mismo nombre Mauro David Pereira
y el propio Giovanni, hizo en los medios de la plaza, emotiva escena que muchos
recuerdan con nostalgia.
Tras el retiro de los ruedos, luego vendría al par
de años la de igualmente su hermano Giovanni, pero en la estela quedarían los
nombre de su hijo, Mauro David y sobrino –aun cuando no del todo trascedente, Hernán
Mejías Pereira-, para dejar a la posteridad el legado de haber sido uno de los
subalternos más completos que haya contado la historia taurina de Venezuela y
merideña en especial, donde este lunes exhaló su último suspiro al cobijo de su
esposa y familiares cercanos.
Precisamente en la tarde de la despedida de
Augusto Rodríguez en el Mérida Country Club le saludaríamos por última vez, donde
se le notaba sus mermadas condiciones, sin dejar nunca la afición, la misma que
decantó el ser parte de los profesores de la Escuela Taurina de Mérida estos últimos
años, al lado del otrora novillero Enrique Torres, quienes asumieron desinteresadamente
el ir formando con las limitaciones propias de estos tiempos, la generación de toreros
del futuro que en estos momentos sienten el dolor de la partida de uno de sus
referentes.
Desde estas líneas nos unimos al duelo que aflige
a toda la familia taurina merideña, con la partida al Reino Celestial de quien
en vida llevo con orgullo el nombre en los carteles, de Mauro Pereira.
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