Cortaron
las únicas orejas de un maratónico festejo con muy poco público en los tendidos
Las buenas maneras y el pozo del diestro Antonio Suarez, los momentos más emotivos de una larga tarde de toros… Foto: Federico Montes / Archivo |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
A pesar de la ilusión que despertaba ver anunciado
y llevado a cabo una corrida de toros tras poco casi dos años desde que en
marzo del año pasado entramos en la era de la pandemia de COVID en el país, el
llamado a retratarse en taquilla no fue el esperado. Entendible, por la fecha,
por las circunstancias y en especial el hecho que mucha gente aun asume que se
sigue en riesgo latente de contagio, muy por encima del brillante y pulcra logística
que la empresa taurina a cargo de este hizo gala, tanto para los accesos como a
las salidas, que representan un ejemplo para festejos futuros en este ruedo y
otros para lo que sería la venidera campaña del 2022, que esperemos no nos
agarre como ha sido este año.
Corrida de hasta cuatro hierros, todos con un
tronco común, como lo fue la gran obra del toro bravo que implicó e hizo con su
sapiencia un hombre adelantado a su tiempo, como lo fue don Hugo Domingo
Molina. Pero esta tarde, dejaron mucho que desear sus pupilos criados en Las
Porqueras, en cuanto a raza, casta, fuerza, es decir el elemento emoción que
impone un toro bravo en la plaza. Si no hay eso señores, no tenemos na’… No
desentonaron de la debacle los exponente del joven ganadero Edgar Varela, lo
que de por sí hizo del festejo, largo, tedioso y por momentos aburrido.
Lo demás esta resumido en la siguiente reseña que
habla por sí sola de lo que fue una tarde de toros en Pueblo Nuevo, donde de
nuevo tras 628 días se tiene el aliciente de ver salir por la puerta de toriles
la presencia del rey de esta fiesta, quien cumpliendo al pie de la letra aquel
adagio del maestro Pepe Alameda, “no tuvieron palabra de honor”.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Hugo Domingo
Molina” de San Cristóbal. Corrida Extraordinaria por Amor al Táchira.
Con poco más de 1000 personas en los
tendidos numerados y generales, en tarde soleada con ligeras ráfagas de viento
se lidiaron toros de las ganaderías nacionales de El Prado (1º, 4º y 9º de regalo), Rancho Grande (7º), La Consolación
(2º) y San Antonio (3º, 5º, 6º y 8º)
en su conjunto justos de presentación, con el denominador común de la falta de fuerza
y querencia a tablas en el último tercio. Los más potables del envío los
corridos en 8º y 9º lugar este último sobrero de regalo.
Pesos: 500, 440, 480, 460, 465, 430, 435,
430, 440 kilos
Uriel
Moreno “El Zapata” (silencio en
ambos)
Antonio
García “El Chihuahua” (silencio
en su lote y oreja en el de regalo)
Fabio
Castañeda (palmas en ambos)
Antonio
Suarez (silencio tras aviso y
oreja)
Incidencias: La corrida comenzó con el retraso de más
de una hora con respecto a la hora estipulada. *** Previo al festejo se guardó
un minuto de silencio en memoria del Lic. Hugo Domingo Molina, Pedro Casanova entre
otros tantos taurinos de solera que han desaparecido en el curso de los últimos
meses. *** Los toros de los hierros de la familia Molina Colmenares lucieron
divisa negra en homenaje a don Hugo Domingo Molina. *** Antonio Suarez fue
atendido en la enfermería de la plaza por un varetazo en la rodilla derecha, lo
cual bajo administración de analgésicos y antiinflamatorios no le impidió salir
a despachar su segundo del lote. *** Casi cuatro horas la duración del festejo.
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