Este pasado martes en Las Ventas
A hombros, ante una plaza exultante, la salida por parte de los costaleros para Roca Rey (cuarta puerta grande) y De Manuel (segunda salida) en el cierre de la temporada en Madrid. Foto: Arjona |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Las circunstancias del toro son un corolario de
hechos y acontecimientos que de una u otra manera hacen que sea tan bello y a
la vez tan difícil el figurar en él y luego transcender más allá de lo que
simples mortales como usted y yo, amable lector, aspiramos. Cierta es aquella frase que reza: «Muchos los
llamados y pocos los elegidos»…
La vida de torero es un acumulo de vocación,
disciplina y mucha paciencia, donde en el camino se quedan promesas e
ilusiones. Es por ello que muchos que se vistan de luces terminen tras su paso
como becerristas, novilleros sin picadores o en su defecto novilleros con los
del castoreño, o casos puntuales, matadores de toros, engrosando luego filas de
subalternos, donde de la misma forma se vive en torero, pero ya no con la
presión de recaer en tí toda la presión del triunfo, sino ayudar con tu
sapiencia y buen proceder, a tu jefe de filas, a lograr alcanzar las mieles del
éxito y la gloria que en tu momento fueron esquivas contigo.
Eso sucedió con el joven torero emeritense José
Antonio Salas, hijo del reconocido otrora novillero y actual aficionado
practico de solera, Leonardo Salas “Sopita”,
quien desde hace unas fechas hasta la presente ha decidido, ante lo complicado
que esta el lio del toro, y esas circunstancias que en el lio del toro surgen,
pasarse a las filas de los toreros de plata, o subalternos como le llamaría,
engrosando de esta manera un escalafón donde, como le estaba comentando, se
vive en torero e igualmente se disfruta de una profesión única y digna para
quien la lleva con la torería y responsabilidad que atañe.
Es así como este pasado martes, en el marco de la
novillada final del certamen Camino hacia Las Ventas, actuaría en el ruedo
venteño bajo las órdenes del novillero Alejandro Chicharro, de la Escuela
Taurina de Colmenar Viejo, localidad madrileña donde precisamente José Antonio
estuvo en formación novilleril en la finca de la ganadería Flor de Jara, del
matador de toros en retiro Carlos Aragón Cancela, donde de la misma forma se
formó a la vera de los actuales matadores de toros, el madrileño con hondas
raíces tachirenses Francisco de Manuel y el michoacano Isaac Fonseca.
Meritorio hecho por demás, pues supone el inicio
de un nuevo camino, que no desmerita en nada el hecho que siga vistiendo de
luces, con mucha dignidad y gran profesionalismo.
Nuevas contrataciones para San Cristóbal
En el curso de esta semana se ha dado a conocer, nuevas
inclusiones en el marco de lo que será la Feria de San Sebastián en San Cristóbal,
a finales de enero próximo, para las fechas del 26 al 29 exactamente.
En este sentido los mencionados empresarios del
ruedo de Pueblo Nuevo, han anunciado la contratación del extremeño José
Garrido, el madrileño Francisco de Manuel y el coleta local Marcos Peña “El
Pino”, que se unen a las rutilantes presencias del peruano Andrés Roca Rey, el
extremeño Emilio de Justo y el taribense Jesús Enrique Colombo, con la adquisición
de un encierro, hasta los momentos, de los hierros de la familia Molina
Colmenares, a nombre de Rancho Grande, El Prado y La Consolación.
Los empresarios Juan José Guerrero (de lúgubre
paso empresarial por la cita ferial emeritense), el “socialite magnate sardinero” Orlando Faroh y el taurino de
altas esferas gubernamentales Roberto Pocaterra, sociedad que conforman la
Empresa Taurina Fiesta Brava C.A, tendrían dispuesto tener a la brevedad
posible la venta del abono ferial sancristobalence, uno de los más importantes
del calendario taurino nacional, que se ha revitalizado este último año con la
contratación de primeras figuras como es el caso de Roca Rey y De Justo, por
mencionar uno de los más importantes que hasta los momentos tienen en el papel
las posibles combinaciones feriales.
Puerta Grande para Roca Rey y Francisco de Manuel en el cierre de
temporada en Madrid
Una verdadera tarde de apoteosis la que se vivió
este miércoles, Día de la Hispanidad, en el cierre de la temporada en Las
Ventas, centro neurálgico de lo que era el cartel más esperado de los últimos meses,
como lo era la presencia de un cartel de lujo compuesto por los coletas Alejandro
Talavante, Andrés Roca Rey y Francisco de Manuel ante reses del hierro
madrileño de Victoriano del Rio.
Plaza llena de no hay billetes, con la pena de no
poderse ver dicho festejo por la tozudez de la empresa Plaza 1 y Canal Toros,
pero incluso no solo de estos, sino incluso de TVE por su nula presencia en la
parrilla de algo que se llame toros en su parilla a excepción del monótono
programa Tendido Cero, el cual es poco (y a muy mala hora para nuestra programación)
a lo que implica la fiesta brava para la cultura de los países de Iberoamérica.
En lo artístico la corrida fue un “tacazo” de emociones, desde la abúlica actuación
de un desdibujado Talavante (silencio y pitos, tras escuchar los tres avisos.
El toro fue apuntillado en el mismo ruedo desde un burladero), la rotundidad de
un Roca Rey, incluso herido en su mano izquierda saliendo a despachar el que
cerró festejo (dos orejas y silencio) o la gran actuación de un torero que venía
“tapado” y daría su primer campanazo
del año precisamente en la Feria del Sol de este año por un ya lejano febrero, me refiero a De Manuel (oreja y dos orejas), lo que le catapulta con estas tres
orejas a ser uno de las revelaciones de este año por ruedos españoles.
Sin duda alguna un cierre de año apoteósico en
Madrid, con dos toreros en hombros, ambos anunciados para nuestras plazas
andinas para enero y febrero próximo. Que mejor estimulo que desde ya se hagan
quinielas para verles encartelados tanto en San Cristóbal como en Mérida.
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