RUBEN
DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Variado es
el criterio de los más importantes exponentes de la prensa taurina madrileña en
lo que fue la actuación este miércoles, del espada venezolano Jesús Enrique “Colombo”.
Damos
revista a las más destacadas y objetivas plumas del periodismo taurino, entre
los que señalamos al maestro Barquerito quien deja en su crónica para la agencia
de noticias Colpisa lo siguiente… «La estocada de la tarde la cobró
Colombo con el segundo. Al salto, por el hoyo de las agujas, casi fulminante.
Fue su más seria aportación sin contar dos tercios de banderillas muy morosos,
arriesgados, de clavadas rotundas y reuniones desiguales. El viento no dejó
estar tranquilo con el segundo. Abrevió con el quinto».
Por su
parte breve es la descripción de Rosario Pérez en el diario ABC, en la cual
señala… «En la amplia y seria corrida de Pedraza, buen son traía la
expresión de Holandero, en el que aplaudieron al picador Israel de Pedro y más
aún las banderillas de Colombo. El reloj se acercaba a las ocho cuando
llevábamos capítulo y medio, con las nubes negras jarreando y la ropa pidiendo
centrifugado y secadora. Qué lento iba todo. Fue noble este colorado, aunque se
apagó. Feo y de mal estilo el quinto, al que el venezolano cazó con habilidad».
Más
explicito es Zabala de la Serna en el diario El Mundo quien deja en claro… «Cuando
agarró las banderillas Jesús Enrique Colombo, tronó el cielo, oscurecido de
nubes negras, y se desencadenó la tormenta. Fue bravo este pedraza de otras
hechuras en el caballo -fenomenalmente picado por Israel de Pedro-, pero gastó
entonces -y en el siguiente y explosivo tercio- su fondo. Alcanzó la muleta con
su buena condición mermada. A todo -también a los quites- vino a sumarse un
espadazo colosal del cañón de Venezuela. Asomaron pañuelos bajo los paraguas y
terminó por dar otra vuelta al anillo». Y ante el
quinto señala… «De perfil el quinto provocaba pavor, con ese tobogán, esa
alzada, aquella bodega de buque, una cuesta arriba infinita: el brutalismo no
sólo es un estilo arquitectónico. Hubo cierta bronca porque querían verlo una
tercera vez en el caballo después de que en el anterior encuentro se
defendiera, quitándose el palo, con la cara por la montura. Aquella bestia de
Altamira se movió como apuntaba, poniendo los pitones por las axilas -en
banderillas y la muleta- de Colombo. Que brindó a Roberto Piles, su apoderado francés
en esta tarde de Naciones Unidas. Fue infumable el pedraza: por donde se la
pusieras se frenaba y derrotaba por arriba. Oficio, redaños y piernas del
venezolano».
Breve es Marco
Antonio Hierro, del portal cultoro.com, quien explica: «…El tercero sí lo
fue, y con ese dio otra vuelta al ruedo un Colombo inconmensurable con la
espada que sentó de culo a su lote haciendo la suerte con mucha verdad. No fue
lo demás lo mejor de su tauromaquia, y lo hizo cuando más llovía y cuando menos
toreo apetecía ver, camino de los vomitorios».
Y para cerrar, Gonzalo I. Bienvenida en la revista
Aplausos.es, el cual deja manifiesto: «El segundo no tuvo nada que ver
con el primero salvo en la capa. Armónico de hechuras y de bonita cara. Colombo
desplegó un buen manejo con el capote. Delantales en el saludo, mismo palo en
un quite más templado. Las chicuelinas fueron de vértigo con el capote enredado
en el cuerpo debido al viento. Buen espectáculo en varas, arrancándose de largo
y cogiéndolo en su sitio Israel de Pedro. En banderillas destacó Colombo en el
tercer par, clavando en la cara. En el inicio de la faena empezó a llover sobre
Las Ventas. El toro rompió con calidad en la embestida por ambos pitones.
Colombo, con ganas, estuvo centrado. Una gran estocada coronó la entonada
faena. Vuelta al ruedo tras leve petición y aviso -que el presidente ordenó
mientras doblaba el toro- (…) El quinto fue otro toro zancudo, hondo, amplio.
Voluminoso. Salió con muchos pies y fue recogido con tino por Colombo. Se picó
mucho y mal. En banderillas Colombo cuadró en la cara en el tercer par, por el
pitón izquierdo. Le protestaron mucho clavar a toro pasado. En la muleta
resultó un toro informal, con medias arrancadas y falta de entrega. Colombo
resolvió con contrastado oficio. La espada se le fue baja. Silencio.
Foto: Plaza 1
Y tú crónica de la corrida? De lo que viste tu y vimos todos? Con ojo crítico real sin sentimentalismo ni mirando nacionalidad!
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