domingo, 19 de mayo de 2013

OBITUARIOS: Pepe Luiz Vázquez, decano de los matadores y figura del toreo del siglo XX


El diestro sevillano Pepe Luis Vázquez Garcés, decano de los matadores de toros y una de las figuras más importantes del siglo XX, murió hoy en el hospital Nisa de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta (Sur de España). Pepe Luis tuvo que ser ingresado la pasada madrugada por complicaciones propias de su avanzada edad, aunque ya había tenido que pasar por un centro hospitalario la semana pasada después de sufrir un accidente casero. Contaba 91 años y había perdido completamente la vista, aunque mantenía intacta la lucidez y la memoria de sus años en activo.

 El diestro sevillano, que nació en el barrio sevillano de San Bernardo el 3 de enero de 1922, tomó la alternativa en la plaza de la Maestranza el 15 de agosto de 1940. Su padrino fue Pepe Bienvenida y el testigo Gitanillo de Triana con toros de Francisco Chica. Su retirada definitiva de la profesión se produjo en Madrid el 20 de septiembre de 1959 alternando con su hermano Manolo Vázquez y Curro Romero.

La figura de Pepe Luis supone un nudo fundamental dentro del tronco torero sevillano. Llenó junto a Manolete la inmediata posguerra española, en un contrapunto grácil y artístico a la hierática solemnidad del cordobés y constituyó uno de los modelos de ese arte llamado sevillano, que ha dejado profunda huella en artistas posteriores.

La regularidad de su carrera tuvo un punto de inflexión con la cornada recibida en Santander el 25 de julio de 1943, que le desfiguró su rostro y seguramente incidió en esa flaqueza de ánimo que pudo tener el resto de su trayectoria. Cumbres de su vida torera la constituyen la faena del 30 de mayo de 1949 en Aranjuez, llamada la del Concierto de Aranjuez, y la que cuajó en 1951 de manera admirable al toro «Misionero» de Castillo de Higares en el ruedo de Madrid. Ese mismo año interpreta la que él mismo ha calificado como la mejor faena de su vida, al torear de manera prodigiosa a un toro de Villagodio en la plaza de Valladolid.

Ha sido el torero que más miuras ha despachado en el albero maestrante, para lo cual lucía unos vestidos ligerísimamente bordados en azabaches en una estampa hecha clásica los domingos de la feria sevillana.

Dejemos la pluma de “Clarito” para definir con su inconfundible estilo a este Sócrates de San Bernardo: "Siempre representará Pepe Luis un alegre contraste; una graciosa flexibilidad y cadencia sevillana; variante del cordobés hierático: una inspirada rima lírica frente a una epopeya; y principalmente, un diseñador de la senda del arte sevillano por donde irán los preclaros sevillanos venideros”.

Y terminemos con Cossío que recordara: "...el secreto de Pepe Luis fue infundir profundidad a la gracia, hacer densa la espuma". / EFE

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