sábado, 11 de mayo de 2013

FERIA DEL CABALLO EN JEREZ – SEGUNDA CORRIDA: Apenas un poquito de Manzanares


En la segunda de la Feria de Jerez,  Manzanares cortó dos orejas fáciles al tercero, noble y chico como toda la corrida de Juan Pedro Domecq. Morante tropezó con dos inservibles y El Fandi fue fiel a su estilo. 

CARLOS CRIVELL
Foto: EFE

La corrida estrella de la feria jerezana se vio mermada por el ganado, muy terciado y flojo, eso sí muy noble, que de alguna forma le restó algunos pasajes al festejo. Por ejemplo, el del primero, un toro inválido que no fue la piedra de toque que necesitaba Morante para devolver al público la ilusión con la que acudió al coso jerezano.

Para Morante la tarde no fue muy afortunada. El que abrió plaza, muy justo de trapío, anovillado y sin remate, le duró un suspiro. El animal no aguantó más que tres pinchazos antes de claudicar para siempre.

El desquite se esperaba en el cuarto. No fue posible. Dibujó algún lance aislado con el de Juan Pedro frenado y parado ya de salida. El de La Puebla comenzó con unos ayudados de empaque único y a partir de ahí casi todo fue un intento de toreo sin que se acoplaran el artista y el burel. Una tanda con la derecha más entregada fue como un oasis en el desierto. Era muy poco para el torero y para sus seguidores. Acudieron a Jerez a cantar por bulerías y no hubo jaleo.

Quien aprovechó la tarde fue Manzanares. Nunca cortará el de Alicante dos orejas más fáciles que las que se llevó en el tercero. Tenía un punto de comparación con la que se le concedió a Fandila en el tercero. Las comparaciones serán odiosas pero si una faena valía una oreja, la de Manzanares merecía algo más.

El toro fue muy noble. Manzanares toreó bien de capa al recibir al toro y se apuntó al club de los tafalleros, es decir que también hizo un quite por tafalleras, algo impropio de un artista de su corte. El animal fue un dechado de nobleza y Manzanares se explayó en una faena casi totalmente sobre la diestra. Muletazos suaves, preciosos, armónicos, un conjunto de alta estética. Las tandas fueron de pocos pases, el toreo con la izquierda no abundó, apenas dos o tres naturales para volver a torear a gusto con la derecha. El torero estuvo cómodo y los mató de un volapié propio de la casa. Dos orejas y a otra cosa.

La otra cosa sucedió en el sexto. De nuevo apareció la estética de un torero recuperado de su paso por Sevilla. A pesar del cabeceo del animal fue trazando tandas sobre la derecha de buen corte. El toro era una especie cansina sin alegría y el torero adornó su labor con su buen gusto reconocido.

El Fandi se metió en el cartel de los artistas, pero no se contagió de ellos. Fue El Fandi de principio a fin en dos labores de corte similar a dos animales nobles y de poca raza. A los dos los recibió con largas cambiadas, les hizo quites variados con zapopinas incluidas, puso sus banderillas como siempre y se hartó de dar muletazos que se siguieron con escasa emoción. Era como un partido de tenis, sólo reaccionaba el público al final de la jugada, en este caso el pase de pecho. Mató pronto, que no bien, y le dieron una oreja en el primero y a punto estuvo de cortarla después de una obra llena de vulgaridad en el quinto.

La corrida no respondió a la expectativa levantada. Sólo Manzanares puso algo de luz a la tarde en su faena al tercero.

FICHA DEL FESTEJO
Viernes 10 de mayo de 2013. Plaza de Jerez, 2ª de Feria. Tres cuartos de plaza. Seis toros de Juan Pedro Domecq, justos de presentación y fuerzas, de juego variado. Destacó el noble tercero.
Morante de la Puebla, de verde botella y oro, tres pinchazos y se echa el toro (silencio). En el cuarto, estocada (saludos).
El Fandi, de nazareno y oro, estocada caída (una oreja). En el quinto, estocada trasera y tendida (saludos tras aviso).
José María Manzanares, de gris perla y azabache, estocada (dos orejas). En el sexto, pinchazo hondo y descabello (saludos).
Buena brega de Curro Javier. Manzanares salió a hombros.

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