lunes, 13 de mayo de 2013

FERIA DE SAN ISIDRO – QUINTA CORRIDA DE ABONO: Galván saluda la única ovación en tarde de más toros que toreros

David Galván

JAVIER LÓPEZ

El confirmante David Galván saludó la única ovación de una tarde en la que algunos toros de La Palmosilla, aun ayunos de bravura, ofrecieron más posibilidades de lo que finalmente hubo por parte de los toreros, hoy en Las Ventas.

Un cartel de los más variados y, si me apuran, hasta estrambóticos de la feria. Tres toreros de estilos muy diferentes, que, a priori, podían ofrecer cosas muy distintas para lograr divertir al respetable.

Pero al final ni el "pellizco" de Curro Díaz ni la alegría y variedad de "El Fandi" consiguieron levantar una tarde anodina en la que algunos toros de La Palmosilla, aun con poca raza, fueron protagonistas por su alto índice de toreabilidad. Si acaso el joven confirmante David Galván fue el único que dejó algo de poso en su primero por la elegancia y clasicismo que atesora, aunque aún le quedan cositas que pulir.

El toro de ceremonia de Galván tuvo buenas virtudes como la movilidad, la prontitud y la fijeza, pero con el que había que estar también en alerta, pues al mínimo descuido, al mínimo hueco que se le dejaba, se frenaba y se venía al cuerpo. El gaditano mostró un concepto fino y templado en una faena basada sobre la mano izquierda, por donde brotaron algunos naturales cadenciosos, y por abajo, pero al conjunto le sobraron tiempos muertos y otras desigualdades como un par de desarmes y algún que otro susto, voltereta incluida, fruto, quizás, de su notoria bisoñez.

El sexto se movió, pero acabó apagándose como una vela. Galván anduvo nuevamente tesonero, pero esta vez la faena no llegó a despegar. Y, por si fuera poco, se atascó con los aceros.

Lo de Curro Díaz es pura plástica. Qué gusto, qué aroma, qué manera de emocionar con un desmayado, una trinchera o un cambio de mano. Auténticos carteles de toros. La pena fue que sólo se le pudo "saborear" en esas probaturas con su primero, un toro noble pero que, según transcurría su lidia, empezó a frenarse, hasta pararse, y con el que el de Linares se acabó diluyendo en una faena carente de ajuste y hondura. Detalles, por tanto, sin concretar.

Y le pudo el desánimo en el cuarto, un toro que acabó acusando un largo y desmedido segundo puyazo, pues apuntó calidad y buen son, pero, mermado de fuerzas por el castigo en varas, acabó desfondándose antes de lo previsto. Curro, aquí, no pasó de discreto.

"El Fandi", fiel a su guión, se mostró variado de capote, aunque esta vez las chicuelinas dijeron más bien poco; pegó sus carreras en banderillas, donde estuvo cumbre en un gran par de "la moviola" y, aunque estuvo entregado en la muleta, apenas llegó a interesar en una faena insulsa en la que primó la cantidad sobre la calidad.

Volvió el granadino por los mismos derroteros en el quinto, al que saludó con una larga cambiada en el tercio y con el que volvió a destacar con hasta cuatro pares de rehiletes, algo que no puso a todo el mundo de acuerdo por ese último par de más. Y con la franela..., idéntica vulgaridad en lo artístico. Es verdad que la entrega, voluntad, tesón y disposición no le gana nadie al granadino, pero los dos toros que sorteó, en otras manos, seguramente estaríamos hablando de un triunfo grande y no dos silencios como losas, que fue lo que se llevó.

Al final de la tarde, la sensación que quedó fue que se fueron toros sin torear ni aprovechar debidamente, de ahí que el resumen perfecto sea un elocuente "lo que pudo ser y no fue". / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Toros de La Palmosilla, aceptablemente presentados, nobles y, aunque bajitos de raza, en general toreables, especialmente primero y tercero. Desentonaron algo más el frenado segundo y el insulso sexto. Cuarto y quinto, se movieron pero yendo a menos.
Curro Díaz: pinchazo hondo y cinco descabellos (silencio); y estocada (silencio).
David Fandila "El Fandi": estocada tendida y caída, y descabello (silencio); y estocada (silencio).
David Galván, que confirmaba alternativa: pinchazo y media tendida (ovación tras aviso); y cuatro pinchazos (silencio tras aviso).
En cuadrillas, José Manuel Montoliú saludó en el segundo.
La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde espléndida.
Curro Díaz

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