lunes, 27 de mayo de 2013

FERIA DE SAN ISIDRO – DECIMONOVENO FESTEJO: El férreo valor del colombiano Sebastián Ritter destaca sobremanera

Sebastián Ritter
PACO AGUADO

El férreo valor del joven espada colombiano Sebastián Ritter fue la nota más destacada de la tercera y última novillada de la feria de San Isidro, celebrada hoy con mansos y complejos utreros de Carmen Segovia.

La mansa y complicada novillada fue una dura prueba para los tres noveles del cartel, de los que sólo sacó cabeza el colombiano Sebastián Ritter, quien, aunque poco placeado, hizo un despliegue de férreo valor durante todo el festejo. Ritter se dejó ver ya en la primera oportunidad que tuvo para intervenir en la novillada, un quite por ajustadísimas gaoneras al segundo de la tarde. Y desde entonces siempre se hizo notar por una determinación y una quietud inapelable ante las pésimas condiciones de los astados.

Su primero tuvo unas preciosas hechuras y un prometedor inicio, pero un duro puyazo le hizo blandear y venirse a menos. Esta vez, la firmeza del colombiano no se vio acompañada del suficiente pulso para sostener al astado durante un trasteo desangelado. Así que Ritter lo apostó todo con el sexto, un toraco basto y voluminoso que se negó a embestir en cuanto sintió el hierro de la puya. Y no sólo eso, sino que además se fue a las tablas a refugiar su mansedumbre.

Con el novillo aconchado en la madera, absolutamente negado a embestir, el colombiano optó por ponerlo todo de su parte, lo que incluyó, y desde el primer momento, meterse entre los cuernos para provocar unas improbables e inciertas arrancadas. Sin inmutarse en ese terreno minado, aguantando miradas e incluso dando con los muslos en los pitones del de Carmen Segovia, sacó así pases impensables, de corto recorrido pero de gran emoción por la evidencia tan palpable del riesgo. Metido en la misma cuna de las astas, y sin acusar tan gran esfuerzo, acabó Ritter una faena que, lamentablemente, no remató a la primera con la espada. Pero, aun sin premio, el novillero de Medellín dejó huella de su gran valor en la primera plaza del mundo.

Curro de la Casa
Al extremeño Tomás Campos se le paró su primero, que calamocheó sin clase ante unos engaños presentados con pureza y estilo clásico. Pero más aún cabeceó el cuarto, un novillo violento por la falta de un puyazo más. Aquí, a Campos se le echó en falta algo más de decisión.

Al alcarreño Curro de la Casa le correspondió el utrero de más movilidad, con una embestida temperamental que mejoró y se apaciguó en cuanto la sometió con la mano baja al natural, lo que sucedió sólo de mitad de trasteo en adelante. Luego, al entrar a matar, De la Casa resultó aparatosamente volteado, aunque sin mayores consecuencias.

Con el quinto se le notó mucho más seguro, sólo que este otro de los tres más serios novillos del encierro tampoco se entregó, y el alcarreño no obtuvo más respuesta que cabezazos y pechugazos. Y, tardó mucho matarlo, casi siempre de feas estocadas. / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Seis novillos de Carmen Segovia, más armónicos los primeros y con más cuajo los últimos. Novillada en general mansa en el caballo y de juego a menos o con complicaciones en el último tercio por su falta de entrega y raza.
Tomás Campos: estocada trasera tendida y dos descabellos (silencio tras aviso); estocada trasera contraria y descabello (silencio).
Curro de la Casa: estocada trasera tendida y estocada delantera (ovación tras aviso); estocada trasera, estocada caída que asoma, pinchazo, bajonazo y tres descabellos (silencio tras dos avisos).
Sebastián Ritter: estocada (silencio); pinchazo, estocada trasera y dos descabellos (ovación tras aviso).

Lunes 27 de mayo. Decimonoveno festejo de abono, celebrado con el ruedo encharcado tras la tormenta caída antes del paseíllo y con dos tercios del aforo cubierto.

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