domingo, 12 de mayo de 2013

FERIA DE SAN ISIDRO – CUARTA CORRIDA DE ABONO: Interesante y exigente corrida "torista" de José Escolar

Alberto Aguilar

JAVIER LÓPEZ
Fotos: EFE

La corrida que lidió la ganadería de José Escolar este domingo en Las Ventas puso el interés y el argumento a una tarde exigente en la que los tres toreros, unos mejor que otros, se fueron de vacío.

Después de tanta morralla ganadera desde que se inició la feria, por fin un plato "gourmet" de verdad, del agrado del exigente paladar taurino del aficionado venteño, traducido éste en una corrida con mucho que torear como la que lidió hoy José Escolar.

Antes del festejo la gente estaba ávida de saber cómo iban a salir los seis "albaserradas", si iban a ser imposibles por peligrosos, o, por el contrario, si iban a aportar lo que el aficionado de Madrid espera de este tipo de encierros: la emoción y la exigencia del toro bravo en toda su esencia. Y por donde, la corrida no dejó indiferente a nadie, pues a pesar del imposible primero y del mansurrón sexto, entre medias saltaron cuatro toros muy interesantes, sobre todo segundo y cuarto, con los que había que estar muy listo para aprovecharlos y conseguir que el binomio "hombre-fiera" trascendiera al tendido.

De los toreros, no todos estuvieron a la altura de las circunstancia. El más destacado, sin duda, Alberto Aguilar. Robleño, sin estar mal, tampoco estuvo bien. Y "Rafaelillo", ¡ay "Rafaelillo"!, simplemente no tuvo su tarde.

Un "Rafaelillo" que recibió con dos largas cambiadas en el tercio al toro que abrió plaza, un animal bronco y reservón, con el que, tras probarlo y ante la imposibilidad de armar faena, tuvo que abreviar. Con el cuarto no pudo enmendar la plana "Rafaelillo", pues, a pesar de pegar algún que otro muletazo y demostrar valor a raudales, se equivocó de planteamiento, le faltó dar más sitio a un astado que se desplazó con nervio y por abajo, pero con el que se empeñó en una labor demasiado encimista.

Robleño se mostró seguro con su primero, que se movió con buen son por el derecho, y al que el madrileño instrumentó una faena entonada pero también con algunos altibajos. Gustó Robleño en las verónicas genuflexas de salida y en los torerísimos doblones por abajo con los que prologó una faena de muleta que contó con varias tandas a derechas de mucho relajo y parsimonia; pero a la que le faltó más "alma", esa cara batalladora tan característica en él para enfrentarse a los encastes más duros de la cabaña brava.

Por eso este primer trasteo de Robleño no trascendió lo suficiente a los tendidos, habituados a la guerra que siempre plantea este bravo torero y, que hoy, se echó en falta. El quinto fue un toro con emoción por el peligro que desarrolló: embistiendo a oleadas, "midiendo" una barbaridad, escarbando constantemente, venciéndose y recortando el viaje. No valían confianzas, por tanto, y así, al pie de la letra, se lo tomó Robleño en una labor de mucha polvareda y escaso contenido.

El primero de Aguilar fue toro muy ofensivo de pitones, que, aunque se desplazó en la muleta, apenas tuvo transmisión. Aguilar lo toreó con aplomo en series cortas sobre los dos pitones, aunque lo que más trascendió fue el parón final, aguantando miradas y tarascadas con valor y mucha solvencia, lo que se dice "estar hecho un tío", para acabar enjaretando un par de series por el pitón derecho de mucha arrogancia y capacidad. Unos adornos en el epílogo y una estocada arriba pusieron fin a una faena firme y sincera que le valió la ovación más cerrada de la tarde.

El sexto fue un animal tan noble como manso, con el que se volvió a ver un Aguilar sereno y capaz para conseguir robar algún que otro natural de buena factura, pero sin poder levantar una faena en la que el "escolar" acabó "rajándose". / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Toros de José Escolar, con cuajo y pitones, bravos en el caballo, y de interesante comportamiento Los mejores, el segundo por el pitón derecho y el cuarto. Con movilidad pero sin transmisión el tercero. Desentonaron el bronco y reservón primero y el mansurrón sexto.
Rafael Rubio "Rafaelillo": estocada que hace guardia (silencio); y pinchazo y estocada corta (silencio tras aviso).
Fernando Robleño: estocada (ovación tras aviso); y estocada caída (silencio).
Alberto Aguilar: estocada (aviso y gran ovación tras petición); y pinchazo y estocada caída (palmas).
En cuadrillas, buen tercio de varas de Juan José Esquivel en el cuarto, en el que saludaron en banderillas José Mora y Pascual Mellinas.
La plaza rozó el lleno en tarde espléndida.
Fernando Robleño

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